Los peruanos están adoleciendo por el desabastecimiento de medicamentos e insumos médicos en los hospitales del Minsa y, por si fuera poco, Farmaminsa, una promesa de Dina Boluarte ante esta escasez, no ayudaría en nada ante esta problemática. Así lo expuso el programa dominical "Punto final".
Liz Mendoza internó a su hija en el hospital Sergio Bernales de Collique, en Comas. Pensó que el SIS, que protege a todos los peruanos que no tienen un seguro, financiaría el tratamiento de su hija; sin embargo, no fue así.
Liz gastó todos sus ahorros y vendió polladas para comprar los medicamentos que le pedían para enfrentar la enfermedad de su pequeña, quien padece leucemia.
En otro caso, una mujer manifestó que su madre era una paciente diabética de 60 años. Ella estuvo internada en el hospital Cayetano Heredia, le amputaron una pierna y después de algunos meses la tuvieron que intervenir nuevamente.
Su hija indicó que gastó más de S/2.000 en medicamentos que debió ser cubierto por el SIS a través de las farmacias del hospital.
Estos casos que "Punto final" tuvo acceso son solo una muestra de lo que pasan a diario miles de pacientes del Minsa.
El Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) es el encargado de comprar por volumen medicamentos e insumos médicos, pero continúa recibiendo en este 2024 remanente de compras realizadas en el 2023.
"Cuando se terminó la programación en octubre del año pasado, la programación estuvo estimada en 770 millones de soles, a Cenares solo le asignaron 250 millones de soles para comprar", sostuvo el director de Cenares, Juan Carlos Castillo.
En ese sentido, indicó que este año no se han hecho las compras por falta de presupuesto. "Entonces, los 250 millones de soles coberturaba los contratos que venían en el 2023", agregó.
Este problema ha generado que cada hospital compre sus propios medicamentos. Los laboratorios pasaron de tener un cliente, que compraba grandes volúmenes de medicinas e insumos, a tener 222 clientes. Esto encareció los precios de una manera exorbitante.
En un cuadro se toman dos de los principales medicamentos de uso popular como ejemplos del fuerte impacto de delegar la compra directa de los hospitales y no hacerlo a través de Cenares.
La amoxicilina se compró a S/0,41 cada una en el 2023; sin embargo, este año la región Callao la compró a S/1,06, Áncash a S/0,90 y Cusco a S/0,53. El producto ha encarecido hasta en un 158%.
Además, un jarabe de paracetamol que compró a 2,65 soles cada uno en el 2023, pero este año, Callao lo compró a S/5,21 y Tumbes a S/3,36, por lo que el alza se incrementó en un 96%.
Dina Boluarte anunció en su último mensaje a la nación la creación de Farmaminsa, una especie de farmacias populares que vendan los medicamentos a un precio mucho menor al normal. Sin embargo, solo esto ayudaría a una parte de la población, que es la menos afectada.
"Cuando hablan de Famaminsa solo está ayudando para gente económicamente de clase media, que puede comprar. El pobre que va al hospital, y no recibirá el medicamento, no va a tener ninguna opción para comprar el medicamento en farmacias privadas", Víctor Dongo, exCenares.
"Farmaminsa tiene un presupuesto de 15 millones de soles, pero ¿cuánto ha trasladado el SIS a las regiones?: 1500 millones de soles, ese es el volumen de medicamentos que se compra, ni siquiera es el 1%. Farmaminsa solo sirve para salir a hablar, cuál es la solución, no hay la solución", agregó.
Mientras tanto, debido a la mala gestión del Gobierno, la gente continuará realizando polladas y préstamos para costear las costosas recetas médicas. En otros casos, solo les tocará acogerse a la fe.