El circulo de violencia, la manipulación y el acoso se habían convertido en una parte más de su vida. Hacia meses que Elena Ríos Fernández (46) intentaba separarse de Pablo Catalán Huachaca (43), su pareja. No se atrevió a denunciarlo, pero el 24 de agosto, durante una fiesta familiar, pidió ayuda sus hermanos. Horas después su hijo mayor la encontró asesinada, en su vivienda del distrito limeño de Carabayllo.
El jueves, luego de cinco días de este feminicidio anunciado, el asesino fue hallado muerto en un hostal de Nasca. Se suicidó, tal vez, atormentado por los remordimientos.
“Nos da una tranquilidad a la familia que el hombre haya aparecido, pero no era esta la manera. Nosotros queríamos que se haga justicia”, manifestó Justino, hermano de Elena. “Nos ha dejado tanto daño a nosotros. No es justo que no haya pagado su delito y nos duele tanto, pero nos da calma”, agregó.
Elena tuvo cuatro hijos. Fue después de diciembre pasado cuando la violencia se incrementó. Justino asegura que un días antes de ser hallada sin vida estuvieron en el cumpleaños de un sobrino.
Esa noche, ella se armó de valor y mostró a sus hermanos un desgarrador video donde evidenciaba las agresiones que sufría por parte de su pareja.
Pablo tenía denuncias por violación sexual y antecedentes del 2015 por homicidio calificado en grado de tentativa contra su expareja. Por ese delito cumplió condena hasta febrero de 2023.
“Hasta el día de la fiesta de mi sobrino nunca nos dijo que fue víctima de agresión, mi hermana era una linda personas, colaboradora, trabajadora y luchadora. Construyó su casa con mucho esfuerzo”, recordó Justino.
Entre el 1 de enero y el 31 de julio de este año hubo 104 feminicidios y 137 intentos de feminicidio. En este periodo 51 mujeres (49.0%) fueron asesinadas por sus parejas, 22 por sus exparejas, 8 por un conocido, seis por un familiar y 17 por desconocidos.
Treintaidós de las víctimas murieron en su propia casa, 23 acabaron acuchilladas y en 51 casos (44.7%) no habían tomado ninguna medida. El resto si hizo al menos una denuncia o tenían medidas de protección.
De las 104 víctimas nueve tenían entre 0 y 17 años, 91 entre 18 y 59 años y cuatro tenían de 60 a más años. Asimismo, 68 mujeres eran madres de hijos menores de 18 años, siete eran extranjeras y cinco se encontraban embarazadas.
Desde el 2009 a julio de este año se reportaron 1.989 feminicidios en los 433 Centros de Emergencia Mujer a nivel nacional. Son decenas de niños y niñas se quedaron sin madre como consecuencia de la violencia machista. Son datos del Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Población Vulnerable.
A los feminicidios se agrega la violencia de género, una problemática que afecta a muchísimas mujeres y el maltrato suele comenzar de forma progresiva y, al principio, puede aparecer como casi “imperceptible”.
De hecho, muchas veces se toma conciencia de su dimensión cuando ya es demasiado tarde. “Has distintas formas de violencia y es fundamental conocerlas, poder detectar las señales de alerta, prevenir y actuar a tiempo”, manifiesta el médico psiquiatra, Carlos Bromley.
Añade que la violencia es un círculo que suele ir in crescendo y para la víctima reconocerse en esa situación y poder pedir ayuda, nunca es fácil. En general, poco a poco, el agresor empieza a aislar a la mujer de su núcleo de confianza, a imponer “pequeñas normas” en su relación, como “no te pongas eso” o “no deberías juntarte más con esa persona” o “no es que sea celoso, te lo digo por tu bien, para cuidarte”.
Luego, dice, suelen aparecer los insultos y las humillaciones; y, finalmente, las amenazas y abusos de todo tipo. Sin embargo, las distintas formas de violencia pueden darse juntas o por separado y no se excluyen entre sí.
El especialista subraya que todas las violencias son graves por las consecuencias que generan en la salud física y emocional de las mujeres, pero el riesgo se incrementa en los casos donde se prioriza la violencia física o sexual, pudiendo culminar en feminicidios.
El 20 de agosto la policía y la fiscalía iniciaron una investigación, en Juliaca (Puno), por la muerte de una enfermera que horas antes de su deceso había denunciado a su pareja Vladimir Medina Quisa por maltratos en la comisaría de esa localidad. La denuncia, sin embargo, no fue atendida y la víctima retornó a su vivienda con el agresor.
Celia Mamani Noa murió en el hospital presuntamente por envenenamiento. No obstante, su familia asegura que fue golpeada por su pareja quien después le habría envenenado.
Incluso, de ella afirmó que recibió una llamada de la joven informándole los maltratos que había recibido antes por su presunto feminicida.
De enero a julio fueron 94.357 los casos de violencia atendidos en el Centro de Emergencia Mujer. De ellos 79.995 (84.8%) corresponden a mujeres y 14.362 (15.2%) a varones. Además, 34.508 fueron cometidos contra niñas, niños y adolescentes. De este último grupo, 23.877 son mujeres.
Desde el insulto, la indiferencia, el abandono y los celos excesivos, hasta la ridiculización, la humillación y el control de movimientos. El maltrato psicológico llegó a los 40.103 casos, mientras que las denuncias por violencia económica o patrimonial recibidas fueron 371 casos.
El maltrato físico es la forma más evidente de violencia y alcanzó los 36.213 hechos; mientras que la violencia sexual, que abarca actos que van desde el acoso verbal a la penetración forzada y una variedad de tipos de coacción, como la presión social y la intimidación a la fuerza física llegó a los 17.670 episodios.
De este último segmento, 7.252 fueron por violación sexual, hubo también 267 casos de acoso sexual en espacios públicos, 183 hostigamiento sexual y 107 casos de trata de personas con fines de explotación sexual.
Los casos de violación sexual alcanzó los 4.656 (64.2%) contra niñas, niños y adolescentes.
Al respecto, la viceministra de la Mujer, Elba Espinoza, comentó que, si bien la Encuesta Nacional de Demografía y Salud Familiar (ENDES) revela que el 53.8 % de las mujeres en edad reproductiva han experimentado violencia en algún momento de su vida, esta cifra ha disminuido en 76.9 %, comparada con la información reportada en 2009.
“Esto nos reta a seguir trabajando para continuar reduciendo la cifra. Las denuncias se están incrementando, esto a diversos factores, como que tenemos más servicios y que la población confía más en las instituciones para poder hacer la denuncia. El gobierno ha dispuesto atender y trabajar en esta temática y sobre todo ver la prevención de la violencia”, comentó .
CHS Alternativo, sin embargo, señala que en el Perú, cada día, 4 niñas entre 10 y 14 años se convierten en madres, dos de cada 3 viven en zonas rurales y nueve de cada 10 se encuentran en situación de pobreza. Hay embarazos que se producen en el marco de la vulnerabilidad, la desigualdad y, con frecuencia, del abuso sexual.
De otro lado, la Defensoría del Pueblo advirtió también un incremento de los casos de mujeres desaparecidas durante los primeros siete meses del 2024. Según el balance efectuado por la institución, entre enero y julio se registraron 3.788 notas de alerta de mujeres reportadas como desaparecidas ante las distintas sedes de la Policía Nacional a nivel nacional.
De esta cantidad, el 64 % corresponde a niñas y adolescentes, mientras que el 36 % fueron adultas. De acuerdo a la Defensoría, esta cifra evidencia un incremento del 13 % respecto al mismo periodo de 2023, en que se reportaron 3.276 notas de alerta.
Los departamentos que registran los mayores índices de denuncias por mujeres desaparecidas son Lima (1857), Cusco (322), Lambayeque (294), Junín (288), Arequipa (273) y Piura (249).