Para Erik Dean Prince, exmilitar y empresario estadounidense, la solución a la crisis en Venezuela podría estar en manos de ejércitos privados como el suyo. En su opinión, las fuerzas de seguridad privadas tienen la capacidad de intervenir en situaciones complejas donde los gobiernos han fallado, y en este caso, Prince considera que elevar las recompensas ofrecidas por Estados Unidos para la captura de Nicolás Maduro y otros altos funcionarios del Cártel de los Soles podría ser una estrategia eficaz para desestabilizar el régimen venezolano.
Prince, quien fundó Blackwater en 1997, ha sido un actor influyente y polémico en el ámbito de la seguridad global. La compañía, que comenzó como una instalación de entrenamiento para fuerzas de seguridad, rápidamente se expandió para ofrecer servicios de protección y apoyo logístico en zonas de conflicto como Irak y Afganistán. Y se convirtió en el contratista militar privado más grande del mundo, conocido por su participación en operaciones de alto riesgo y su controvertida implicación en numerosos tiroteos durante la guerra de Irak.
Antes de adentrarse en el mundo empresarial, Prince tuvo una formación militar que moldeó su visión estratégica y su posterior incursión en la seguridad privada. Aunque inició su educación en la Academia Naval de los Estados Unidos, no completó sus estudios allí, y se graduó más tarde en Hillsdale College. Su experiencia militar incluyó el servicio en los Navy SEALs, donde adquirió habilidades y conocimientos que serían cruciales para el éxito de su compañía
Blackwater fue concebida inicialmente como una instalación de entrenamiento para fuerzas de seguridad y militares en Moyock, Carolina del Norte. Sin embargo, bajo la dirección de Prince, la empresa rápidamente expandió sus operaciones, y empezó a ofrecer servicios de seguridad, entrenamiento y apoyo logístico en zonas de conflicto. Se convirtió en el principal contratista del Departamento de Estado y la CIA, especialmente durante la guerra de Irak, donde proporcionó seguridad a funcionarios y diplomáticos estadounidenses.
A pesar de su éxito, Blackwater se vio envuelta en numerosas controversias, la más notable de ellas ocurrió en 2007, cuando agentes de la empresa mataron a 17 civiles iraquíes en la plaza Nisour de Bagdad. Este incidente desató un escándalo internacional y generó un intenso escrutinio sobre las operaciones de las empresas militares privadas. La reputación de Blackwater se deterioró rápidamente, lo que llevó a un cambio de nombre en 2009, pasando a llamarse Xe Services, y posteriormente, en 2011, a Academi.
Finalmente, la empresa se fusionó con otras compañías de seguridad para formar Constellis Holdings, un conglomerado que continúa operando en el ámbito de la seguridad privada en todo el mundo. A pesar de haberse alejado de Blackwater, Prince sigue siendo una figura influyente, especialmente en debates sobre la privatización de la guerra.
Erik Prince ha mantenido siempre una estrecha relación con la política, siendo un donante significativo para causas conservadoras en Estados Unidos. Es hermano de Betsy DeVos, quien fue Secretaria de Educación bajo la administración de Donald Trump, lo que subraya sus conexiones políticas. En 2024, Prince elevó nuevamente su perfil mediático al sugerir que se aumente la recompensa ofrecida por Estados Unidos por información contra Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, acusado de liderar una organización narco-militar.
El Cartel de los Soles es una organización que ha sido señalada por autoridades estadounidenses como el brazo financiero del gobierno de Nicolás Maduro, supuestamente involucrada en el tráfico de drogas desde Colombia hacia México y Estados Unidos. En un esfuerzo por desmantelar esta red, la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Justicia de Estados Unidos han ofrecido cuantiosas recompensas por la captura de sus principales líderes.
Nicolás Maduro encabeza la lista con una recompensa de US$15 millones por su captura, mientras que otros altos funcionarios como Diosdado Cabello, Hugo Carvajal y Tareck El Aissami tienen recompensas de US$10 millones cada uno. Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia para socavar el poder del régimen chavista y su supuesta conexión con el narcotráfico.
Erik Prince ha sugerido que, para lograr un mayor impacto, las recompensas ofrecidas por Estados Unidos deberían aumentar considerablemente. En una publicación reciente en su cuenta de X, propuso que las recompensas por Nicolás Maduro y otros miembros clave del Cartel de los Soles se eleven a US$100 millones cada una. Según él, este incremento incentivaría a personas cercanas al régimen a proporcionar información que podría llevar a la captura de estos líderes, acelerando así el colapso del gobierno de Maduro.