El gobernador del Banco Central de Libia (BCL), Sedik al Kabir, dijo en entrevista difundida este viernes por The Financial Times, que huyó de su país con otros empleados para "proteger (sus) vidas" ante las amenazas de grupos armados.
El BCL, institución clave que administra los recursos petroleros y el presupuesto del Estado, es objeto de una lucha de poder entre los bandos que se disputan el poder en Libia.
Después del caos desde el derrocamiento y la muerte del dictador Muamar Gadafi en 2011, Libia está gobernada por dos ejecutivos enfrentados: el de Abdelhamid Dbeibah, instalado en Trípoli (oeste) y reconocido por la ONU, y otro en el este, apoyado por el poderoso mariscal Jalifa Haftar.
El lunes, una comisión "de transición de poderes" entró a los locales del banco en Trípoli cumpliendo con una decisión de las autoridades de ese gobierno para reemplazar al alto funcionario.
En una respuesta, el gobierno establecido en el este del país anunció la suspensión de la producción y las exportaciones petroleras, que controla en un 90%.
Según al Kabir, grupos armados comenzaron a intimidar al personal del banco central para obligarlos a regresar al trabajo, lo que lo llevó a esconderse.
"Las milicias amenazan y aterrorizan al personal del Banco y llegan hasta secuestrar a sus hijos y familiares para forzarlos a ir a trabajar", declaró al Kabir al FT en una entrevista telefónica.
El jefe del banco central afirmó al FT que los intentos del gobierno de Dbeibah para reemplazar a la cúpula del emisor libio son "ilegales" y van en contra de los acuerdos negociados por la ONU, que prevén acuerdos entre los gobiernos del este y el oeste sobre el nombramiento de su cargo.
Al Kabir, en el cargo desde 2012, fue criticado por el entorno de Dbeibah por su gestión de la renta petrolera, acusado de ser demasiado favorable para Haftar.
La Misión de apoyo de la ONU en Libia (Manul) y Estados Unidos presionan a las partes a resolver esta crisis, y advierten contra un riesgo de "hundimiento financiero y económico" del país.
El bloqueo petrolero redujo a mitad los volúmenes de producción diarios, a unos 600.000 barriles por día, indicó el jueves la petrolera pública libia NOC, en un comunicado.
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