En el panorama de la energía nuclear global, existen dos centrales que destacan por su tamaño y capacidad. En América Latina, la Central Nuclear Atucha, situada en Lima, Argentina, se erige como la instalación nuclear más grande y potente de la región, un orgullo para el país que la convierte en un pilar fundamental en la generación de energía eléctrica.
A nivel mundial, la Central Nuclear Kashiwazaki-Kariwa, ubicada al noroeste de Tokio, Japón, es reconocida como la mayor planta nuclear del mundo. Con siete reactores en su haber, esta gigantesca instalación se prepara para volver a operar después de permanecer cerrada tras el desastre de Fukushima en 2011. Su reinicio marca un hito importante en la industria nuclear, enfrentando desafíos y controversias
La reactivación de Kashiwazaki-Kariwa simboliza el retorno de una gran capacidad energética y también un paso decisivo en la compleja relación entre seguridad y energía en la era post-Fukushima.
La Central Nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, ubicada en la localidad de Niigata, al noroeste de Tokio, Japón, se distingue como la mayor planta nuclear del mundo en términos de potencia instalada. Esta gigantesca instalación es administrada por la Tokyo Electric Power Company (TEPCO), una de las compañías eléctricas más grandes del planeta.
La planta cuenta con siete reactores de agua en ebullición que, en conjunto, tienen la , lo que la convierte en un pilar crucial para la infraestructura eléctrica de Japón, suministrando energía a millones de hogares y negocios en la región.
Sin embargo, a pesar de su tamaño y relevancia, la Central de Kashiwazaki-Kariwa sufrió un duro golpe tras el trágico accidente nuclear de Fukushima en 2011. Tras esto, la seguridad pasó a ser una prioridad absoluta, y la Nuclear Regulation Authority (NRA) de Japón decidió suspender la licencia de operación de Kashiwazaki-Kariwa. Esta medida se tomó con el fin de implementar una serie de mejoras de seguridad.
Japón, a pesar de los desafíos enfrentados en la última década, mantiene actualmente doce reactores nucleares en operación, con dos más en construcción y otros veintisiete que permanecen inactivos. En abril de 2023, el gobierno japonés aprobó una nueva legislación en materia de energía nuclear que permite extender la vida útil de las plantas nucleares más allá del límite previamente establecido de 60 años.
En este contexto, la planta de Kashiwazaki-Kariwa se perfila con un futuro prometedor, especialmente después de que en diciembre de 2023 la Nuclear Regulation Authority (NRA) levantara el veto que se le impuso tras el desastre de Fukushima en 2011.
De acuerdo a los cálculos realizados por Xataka, la Central Nuclear de Kashiwazaki-Kariwa tiene la capacidad de generar más de 8.200 MWe, superando ocho veces a la de mayor tamaño en América Latina: Central Nuclear Atucha.
La central Atucha, la más grande de Latinoamérica, cuenta con la capacidad de generar 1.107 megavatios eléctricos. Compuesta por Atucha I y Atucha II, es el mayor centro nuclear de la región, ubicado en Lima, partido de Zárate, provincia de Buenos Aires, Argentina. Atucha I, inaugurada en 1974, fue la primera central nuclear de potencia en Sudamérica, con una capacidad de 362 megavatios eléctricos.