El ejército de Estados Unidos apuntó el jueves contra el personal de Donald Trump por una visita del candidato presidencial republicano al lugar de descanso más sagrado del país para sus muertos en la guerra.
Trump fue el lunes al Cementerio Nacional de Arlington, en las afueras de Washington, con familiares de algunos de los 13 militares muertos en un bombardeo de 2021 durante las últimas horas de la retirada estadounidense de Afganistán.
Su campaña publicó fotos de la visita, incluida una que lo muestra haciendo un gesto con el pulgar hacia arriba mientras está de pie con familiares en la tumba de uno de los soldados muertos.
El ejército dijo que una empleada de Arlington fue "abruptamente apartada" cuando trató de asegurarse de que se cumpliera una ley que prohíbe la actividad política en los terrenos del cementerio.
"Este incidente fue desafortunado, y también es desafortunado que la empleada (del Cementerio Nacional de Arlington) y su profesionalismo hayan sido injustamente atacados", declaró un portavoz del ejército en un comunicado.
El codirector de la campaña de Trump, Chris LaCivita, describió a la empleada como un "individuo despreciable", mientras que el portavoz de la campaña, Steven Cheung, agregó que ella estaba "claramente sufriendo un episodio de salud mental".
Trump ha hecho de las críticas a la gestión del presidente Joe Biden de la retirada estadounidense de Afganistán una pieza clave de su campaña de cara a las elecciones de noviembre.
La retirada se realizó como parte de un acuerdo de paz firmado por la administración Trump con los talibanes.
El escándalo por el incidente de Arlington del lunes es la última controversia en la problemática relación de Trump con el ejército estadounidense.
Mientras era presidente, aunque a menudo promocionaba su apoyo a las Fuerzas Armadas, en privado se burlaba de los fallecidos en la guerra, según su exjefe de personal.
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