El gigante tecnológico chino Huawei anunció el jueves que sus ventas se dispararon en la primera mitad del año, pese a las dificultades que enfrenta debido a las sanciones que le han impedido acceder a tecnología proveniente de Estados Unidos.
La empresa con sede en Shenzhen ha estado en el centro de una intensa rivalidad tecnológica entre Pekín y Washington durante varios años, por las advertencias de funcionarios estadounidenses que sus equipos podría ser utilizado para espiar a favor de las autoridades chinas, acusaciones que Huawei niega.
Desde 2019 las sanciones desconectaron a Huawei de las cadenas de suministro globales de tecnología y componentes fabricados en Estados Unidos, lo que afectó fuertemente la producción de sus teléfonos inteligentes en ese momento.
El jueves la compañía reportó ventas de 58.720 millones de dólares en el período de enero a junio, un aumento interanual del 34,3%. Esto contrasta con el crecimiento del 3,1% registrado en el mismo período del año pasado.
Huawei no desglosó su beneficio neto. Al ser una empresa privada que no cotiza en bolsa, no está sujeta a las mismas obligaciones que otras compañías de publicar resultados detallados.
El margen de beneficio de la firma alcanzó el 13,2% en el período, por debajo del 15% hace un año, detalló, sin proporcionar otros detalles financieros.
"Incrementamos nuestros ingresos en la primera mitad de 2024 aprovechando al máximo las oportunidades en digitalización, inteligencia y descarbonización", indicó un portavoz de Huawei.
"Nuestras divisiones de soluciones para consumidores y automotrices inteligentes crecieron rápidamente", añadió, señalando que "nuestros negocios de infraestructura TIC, nube y energía digital se mantuvieron estables".
Huawei sigue siendo el principal fabricante mundial de equipos para 5G, la quinta generación de internet móvil, y participa en proyectos de infraestructura en varios países.
En su momento fue uno de los tres principales fabricantes de teléfonos inteligentes a nivel mundial, junto con Samsung y Apple.
Sin embargo las sanciones estadounidenses obligaron a la empresa a reorientarse hacia sectores como software, computación empresarial e incluso vehículos eléctricos bajo la marca Aito.