La inflación española volvió a experimentar una marcada desaceleración en agosto, para situarse en el 2,2% interanual, gracias a la caída de los precios de los combustibles y los alimentos, según una estimación provisional publicada el jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta tasa, que marca su tercer mes consecutivo en baja, es de 0,6 puntos inferior a la de julio (2,8%), según el organismo público, y acerca la inflación española al objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE).
La desaceleración de este mes se explica sobre todo por la caída de los precios de los combustibles, que habían aumentado en el mismo periodo del año pasado, y por el descenso de los precios de los productos alimenticios, precisó el INE en una nota de prensa.
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la energía y que corrige variaciones estacionales, retrocedió una décima, para quedar en 2,7% en agosto.
El índice de precios de consumo armonizado (IPCA), que permite las comparaciones con los otros países de la zona euro, se mantuvo estable, a 2,4% interanual.
La inflación española, que alcanzó un récord del 10,8% en julio de 2022 debido al impacto de la invasión rusa de Ucrania, lleva varios meses con subidas y bajadas, como en el resto de la zona euro.
Esta situación llevó al Gobierno de izquierda español a prorrogar en junio por tres meses, hasta el 30 de septiembre, la supresión del IVA sobre los productos alimentarios básicos.