El tenista alemán Alexander Zverev y la bielorrusa Aryna Sabalenka se instalaron este miércoles cómodamente en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos, donde Novak Djokovic buscará su triunfo 90 en el Grand Slam de Nueva York.
Zverev dio cuenta del francés Alexandre Muller por 6-4, 7-6 (7/5) y 6-1 en la pista Louis Armstrong de Flushing Meadows, donde el miércoles azotaban una fuerte humedad y temperaturas cercanas a los 35º Celsius que activaron los protocolos de descansos durante los juegos.
A sus 27 años, y recuperado de la grave lesión de tobillo que sufrió en 2022, Zverev recalcó que su objetivo sigue siendo alzar un trofeo de Grand Slam, que acarició en las finales perdidas del US Open de 2020 y de Roland Garros este año.
"Hace dos años y medio, cuando me lesioné en Roland Garros, no sabía si volvería a jugar a este nivel", recordó el alemán.
"Vuelvo a estar entre los cuatro mejores y este año estuve a un set de ganar Roland Garros y gané un Masters 1000 (Roma)", enumeró. "Ahora tengo los mismos objetivos que tenía antes de mi lesión, voy a estos torneos con la mentalidad de ganar".
Su próximo rival será el argentino Tomás Etcheverry, quien debutará en una tercera ronda de Nueva York tras salir airoso de una batalla con su compatriota Francisco Cerúndolo que se prolongó por cuatro horas y cuatro minutos.
Etcheverry, número 33 de la ATP, sufrió problemas en el pie derecho pero se aferró a su servicio (22 'aces') para batir a su amigo Cerúndolo (29º) por 6-3, 4-6, 6-4, 1-6 y 6-3.
Mientras se libraba este pulso, Argentina perdió a Sebastián Báez, número 21 de la ATP, que abandonó por problemas en el pie derecho cuando caía por 6-1 y 2-0 frente a Tallon Griekspoor (40º).
En otro de los primeros resultados, el estadounidense Frances Tiafoe, favorito de la afición local, tuvo un plácido cruce ante el kazajo Alexander Shevchenko, que se retiró cuando perdía por 6-4, 6-1 y 1-0.
En la noche será Novak Djokovic quien comparezca por segunda vez en la pista central de Nueva York para chocar con otro tenista serbio, Laslo Djere.
Tan sólo un año atrás, Djere puso contra la pared al gigante balcánico al anotarse los dos primeros sets de su enfrentamiento de tercera ronda.
Djokovic se rehízo entonces a tiempo y firmó una agónica remontada en el único cruce que no ganó por sets corridos camino a su cuarta corona del US Open y 24º de Grand Slam.
Desde entonces el serbio no logró aumentar su vitrina de trofeos grandes ante el auge de los jóvenes Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, pero en la primera ronda de Flushing Meadows fue quien dejó una mejor impresión de los tres.
Djokovic, de 37 años, puede sumar su triunfo número 90 en el Abierto de Estados Unidos, lo que rompería su empate con Roger Federer y le dejaría sólo por detrás de los 98 que acumuló Jimmy Connors.
En la rama femenina, la bielorrusa Aryna Sabalenka, número dos mundial, no tuvo piedad de la italiana Lucia Bronzetti (76º) y zanjó el duelo en 61 minutos por 6-3 y 6-1.
La campeona del Abierto de Australia, que chocará en la siguiente ronda con la rusa Ekaterina Alexandrova o la adolescente estadounidense Iva Jovic, es una de las grandes favoritas al título junto a la polaca Iga Swiatek y la estadounidense Coco Gauff.
Vigente campeona, Gauff abrirá la sesión nocturna del miércoles frente a la alemana Tatjana Maria, número 99 de la WTA.
También el miércoles, la española Paula Badosa dio otro gran paso de su resurrección deportiva al poner pie por primera vez en la tercera ronda de Nueva York, la ciudad donde nació.
La española actual número 29 de la WTA, superó a la estadounidense Taylor Townsend (48º) por 6-3 y 7-5 y ratificó su gran momento de forma después de que llegara a desplomarse en mayo hasta el puesto 140 mundial.
Badosa confirmó que jugará también los dobles mixtos con su pareja, el griego Stefanos Tsitsipas, quien el martes prolongó su crisis al caer eliminado en la primera ronda.
"Tenemos muchas ganas de jugar juntos", dijo Badosa. "Él (Tsitsipas) está pasando por momentos difíciles pero es un campeón y siempre será un campeón".
Badosa pugnará por un lugar en los octavos de final frente a la rumana Elena-Gabriela Ruse, número 61 de la WTA, que dio una de las sorpresas del torneo al eliminar a la checa Barbora Krejcikova, vigente campeona de Wimbledon, por 6-4 y 7-5.
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