El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, arremetió contra su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva por no reconocer la reelección de Nicolás Maduro en Venezuela. Durante una conferencia de prensa, el dictador lo llamó “arrastrado” y lo acusó de ser el "representantes de los yanquis" en América Latina.
"La forma en la que se ha comportado Lula ante la victoria del presidente legítimo de Venezuela es una forma vergonzosa, repitiendo las consignas de los yanquis, de los europeos, de los gobiernos arrastrados de América Latina. Si quieres que te respete, respétame Lula. Si quieres que te respete el pueblo bolivariano, respeta la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andes ahí de arrastrado" señaló Ortega durante su intervención en una cumbre virtual de jefes de Estado y gobierno del ALBA-TCP.
Durante su intervención, Daniel Ortega lanzó una dura crítica contra sus homólogos de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, respectivamente. Ortega los acusó de traicionar los ideales de la izquierda latinoamericana al “alinearse” con los intereses de Estados Unidos y Europa en su postura sobre Venezuela.
“A Petro, ¿qué le puedo decir a Petro? Pobre Petro, pobre Petro, yo a Petro lo veo compitiendo con Lula a ver quién va a ser el líder para representar a los yanquis en América Latina”, declaró. Además, el mandatario nicaragüense aseguró que Petro no cuenta con la “fuerza” que tiene Brasil, lo que, a su juicio, lo pone en una posición de desventaja en esta supuesta competencia por el liderazgo en la región.
Como se recuerda, Brasil y Colombia han asumido un papel central en los esfuerzos internacionales para desatascar la crisis poselectoral en Venezuela, una situación marcada por denuncias de fraude y un ambiente de creciente tensión.
A pesar de la proclamación oficial de Maduro, las elecciones del pasado mes han estado envueltas en polémica. La oposición, liderada por María Corina Machado, ha insistido en que su candidato, Edmundo González Urrutia, fue el verdadero ganador. Machado ha afirmado que tiene pruebas contundentes de fraude electoral, mientras que el CNE, bajo control chavista, se ha negado a publicar el desglose de los resultados de las mesas electorales, lo que ha alimentado aún más las sospechas de irregularidades.
Las tensiones estallaron en forma de protestas masivas en todo el país, que han dejado un saldo de 27 muertos, incluyendo a dos militares, más de 200 heridos y cerca de 2.400 detenidos.
El pasado 8 de agosto, el embajador de Brasil en Nicaragua, Breno de Souza Brasil Días da Costa, fue expulsado por el gobierno de Daniel Ortega, supuestamente por no asistir al acto de celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista. En respuesta, Brasil decidió expulsar a la embajadora nicaragüense, Fulvia Castro.
Aunque Lula da Silva tuvo una estrecha relación con Ortega desde 1980, la situación empeoró en los últimos meses debido a la persecución política del gobierno nicaragüense contra antiguos sandinistas y religiosos. Lula reveló que Ortega ha dejado de atender sus llamadas desde que el papa Francisco le pidió interceder por un obispo detenido en Nicaragua.
