Fiorella Quispe Anaya, una estudiante peruana de 18 años, fue admitida en tres universidades francesas y eligió estudiar Medicina en la prestigiosa Université Paris Cité. Su formación en el Bachillerato Internacional en su colegio de La Molina cumplió con los estándares europeos, lo que le permitió dominar tanto el inglés como el francés. Gracias a este sólido aprendizaje y a su dedicación en un riguroso régimen de estudios y actividades sociales, logró ser admitida sin necesidad de un examen de admisión tradicional, cumpliendo en su lugar con otros requisitos clave del proceso.
"Postulé a las tres universidades a la vez, y para poder hacerlo, lo hice a través del programa ‘Bachillerato Internacional’, que me ofrecía mi colegio", relató en una entrevista para un medio local.
Su formación académica la realizó en el colegio Los Sagrados Corazones Recoleta, en La Molina, donde participó en el programa de Bachillerato Internacional, diseñado para alinear la educación de los alumnos con los estándares europeos. Este programa requiere un año adicional de estudios, ya que en Europa se exigen 12 años de educación básica, mientras que en Perú el sistema escolar abarca solo 11 años.
"Como igual tienes que graduarte al nivel del sistema educativo peruano, lo que se hace en 5.º año es que llevas cursos del propio Bachillerato Internacional, pero también llevas cursos de la currícula nacional. Ya en el segundo año del bachillerato, que podríamos decir que era como un 6.º de secundaria, llevas cursos netamente del bachillerato. En 5.º, por ejemplo, los cursos que adicionaron fueron Lengua y Literatura, Monografía, Teoría del Conocimiento, y Comunidad-Actividad-Servicio (CAS). Este último servía como ayuda social. En 5.º de secundaria, realizamos video-cuentos para niños hospitalizados en el Hospital del Niño", explicó.
La joven mantuvo una disciplina rigurosa en sus estudios, con jornadas largas que incluían horas de repaso hasta tarde en la noche. Su día empezaba a las 7:30 de la mañana y terminaba a las 4:25 de la tarde. Después de un breve descanso al llegar a casa, dedicaba unas tres horas más a revisar los temas debido a su complejidad. En ocasiones, extendía sus sesiones hasta la medianoche o la 1 de la mañana, y en los días más exigentes, se levantaba en la madrugada para seguir preparándose.
Respecto a cómo fue admitida en estas universidades de prestigio, mencionó lo siguiente: "Hacer el bachillerato y terminarlo con buenas notas era uno de los requisitos que debía cumplir. Si bien no tomé un examen de admisión, hubo una serie de cosas que debía hacer después. Una de ellas fue presentar mi hoja de vida a estas universidades, donde debía incluir mis logros desde la primaria hasta la secundaria, como los idiomas que domino. Mi desempeño académico en el colegio siempre fue notable; tenía varios diplomas que lo acreditaban, y me pidieron cartas de recomendación, que solicité a mis profesores del segundo año del bachillerato, para detallar por qué debía ser escogida, junto con las notas del bachillerato. Esas cuatro cosas fueron las que más peso tuvieron".
La estudiante fue aceptada en la Universidad de Estrasburgo, Université Paris Cité y Sorbonne University, y finalmente eligió la Université Paris Cité por su reconocido prestigio en Medicina. "Decidí quedarme con esta universidad porque, a nivel mundial, es considerada la mejor facultad de Medicina en Francia", concluyó.