"Nos cuesta respirar", se queja Tayane Moraes, residente de Porto Velho, una ciudad de la Amazonia brasileña sumergida desde hace días en una nube de humo por los incendios récord que golpean la mayor selva tropical del planeta.
"Ese humo está arruinando nuestra nariz", dice a la AFP esta pedagoga de 30 años que, para sobrellevarlo, cuenta que bebe mucha agua y pone el humidificador en su casa.
Capital del estado de Rondonia (noroeste), cerca de la frontera con Bolivia, Porto Velho, de 460.000 habitantes, registró el martes la peor calidad del aire de todas las grandes ciudades brasileñas, según los datos del organismo de monitorización independiente IQAir.
El índice de partículas finas (PM2,5) marcaba 56,5 microgramos por metro cúbico, 11 veces más del límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El 14 de agosto, ese índice alcanzó un pico de 246,4 microgramos por metro cúbico, el nivel "peligroso", el máximo definido por IQAir, con sede en Suiza.
El humo de los incendios forestales tiñó el cielo de Porto Velho de gris oscuro y la ciudad luce una espesa niebla.
Por momentos resulta difícil distinguir a lo lejos edificios que en condiciones normales son perfectamente visibles, constató un equipo de AFP.
Imposible escapar del humo, incluso dentro de las viviendas.
"Es horrible, me levanté a medianoche, los ojos me ardían, el humo estaba dentro de casa", relata Carlos Fernandes, un jubilado de 62 años.
Este hombre asegura que Porto Velho vive este año su "peor episodio de humo", que atribuye a los incendios "en las zonas rurales", donde los ganaderos realizan quemas para limpiar los pastizales.
El gobierno del estado de Rondonia lanzó una campaña para concientizar a la población e instarla a que denuncie las quemas ilegales.
De acuerdo con los datos satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), el estado de Rondonia registró su peor mes de julio en cuanto a incendios forestales en 19 años, con 1.618 focos identificados.
Y la situación continúa empeorando, con 2.114 focos ya registrados del 1° al 19 de agosto.
Imágenes aéreas captadas por AFP muestran grandes extensiones de selva amazónica completamente calcinadas en el territorio del municipio de Cujubim, al este de Porto Velho.
Golpeada desde hace meses por una severa sequía, la Amazonia brasileña registró desde inicios del año hasta mediados de agosto un incremento de más del 110% de focos de incendios con respecto al mismo periodo de 2023.
Las imágenes satelitales de la agencia estadounidense de observación oceánica y atmosférica (NOAA) muestran una suerte de corredor de humo que atraviesa Brasil de norte a sur, que pasa también por Bolivia y Paraguay.
Otras localidades de la región han sufrido el humo las últimas semanas, como Manaos, la mayor ciudad de la Amazonia, donde el organismo público de salud Fiocruz recomendó el uso de máscaras de protección para salir a la calle.
Según las autoridades de Rondonia, el humo que cubre su capital proviene también de incendios en Bolivia, al oeste, y del estado vecino de Amazonas, al norte.
"Como estamos en el centro del continente, este humo permanece aquí por mucho más tiempo", explica Cae Aires, responsable del Centro de Gestión y Operaciones de Protección de la Amazonia (Censipam) en Porto Velho, en un video publicado en la cuenta de Instagram del gobernador de Rondonia, Marcos Rocha.
En el mismo video, la infectóloga Antonieta Ferreira, del hospital infantil Cosme e Damiao de Porto Velho, da cuenta de un aumento de las crisis de asma, así como de casos de neumonía, sinusitis y conjuntivitis.
"Es complicado, sobre todo para quien tiene problemas respiratorios", suspira Beatriz Graça, una ama de casa, de 35 años. "Sería bueno que Dios enviara una buena lluvia".