Australia lanzó el viernes un plan de 130 millones de dólares para detener el vertido de pesticidas y otros problemas de calidad del agua en la Gran Barrera de Coral.
La ministra de Medioambiente, Tanya Plibersek, presentó este proyecto que también pretende mejorar la gestión de especies invasoras y la administración de tierras en las partes más vulnerables del arrecife.
Considerada la estructura viviente más grande del mundo, la Gran Barrera de Coral se extiende por 2.300 kilómetros y acoge una enorme biodiversidad, con más de 600 tipos de coral y 1.625 especies de peces.
Pero los repetidos episodios de blanqueamiento, cuando el calor extremo extrae los nutrientes y el color de los corales, amenazan su frágil ecosistema.
Estos fenómenos han ocurrido en 1998, 2002, 2016, 2017, 2020, 2022 y este año.
El daño en el arrecife es tal que la Unesco sopesó colocar la Gran Barrera dentro de la lista de patrimonio mundial "en peligro".
Plibersek dijo que esta inversión era clave para frenar algunos de los problemas del ecosistema y "garantizar que la belleza y la majestuosidad del arrecife puedan ser disfrutados por nuestros hijos y nietos".
"El vertido de sedimentos es una de las mayores amenazas para la Gran Barrera de Coral", declaró.
"El agua de mala calidad impide que el coral se regenera, mata las algas y bloquea la luz solar necesaria para un arrecife sano", agregó.
El episodio de blanqueamiento de este año ha provocado niveles de daño elevado o extremo en un 81% del arrecife, uno de los más graves según los datos del gobierno.
Los científicos tardarán unos meses en determinar qué partes del ecosistema son irrecuperables.
La ecologista de la Sociedad de Conservación Marina de Australia, Lissa Schindler, celebró el impulso de financiación gubernamental, pero advirtió que hacen falta más medidas para solucionar la raíz del problema, el cambio climático.
"La contaminación del agua es una de las mayores amenazas para el arrecife más allá del cambio climático", dijo a la AFP. "El arrecife necesita toda la ayuda posible", afirmó.
Hasta hace poco, las autoridades de Australia, uno de los principales exportadores de gas y carbón del mundo, no habían tomado medidas para avanzar hacia la neutralidad de carbono.