La joven influencer peruana Cielo Esquivel, de 24 años, que había logrado ser aceptada en las prestigiosas facultades de Derecho, en 2016, y Psicología, en 2018, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), tomó una decisión inesperada al abandonar ambas carreras.
Su paso por la universidad, aunque inicialmente lleno de entusiasmo y promesas de un futuro brillante en el ámbito académico, pronto se vio empañado por frustraciones con la administración y gestión de la institución, lo que la llevó a no culminar ambas carreras. ¿Qué exactamente sucede con San Marcos y por qué muchas personas resaltan este problema?
Desde que Cielo Esquivel estuvo en tercero de secundaria, se estuvo preparando en la Pre San Marcos; esto debido a que sus padres no podían costear una universidad privada y, como la UNMSM es nacional, no se debe pagar una mensualidad.
Ingresó como segundo puesto a la carrera de derecho, ya que curiosamente no le agradaban las matemáticas y creía que la especialidad de letras más prestigiosa era aquella: "Yo ingresé cuando tenía 16 años. A esa edad no sabes lo que quieres hacer, la verdad".
Además de que no estaba segura de la especialidad que estaba cursando, la gestión de San Marcos la sorprendió negativamente, pues no se imaginó que todo sea tan desorganizado.
"Cuando entré fue un poco como una decepción para mí porque llegué supertemprano (…). Había una cola inmensa de cachimbos para entrar al salón una hora antes, era una cola gigante. Me acuerdo de que, cuando llegó la hora, abrieron la puerta y todos entraron superamontonados", manifiesta la creadora de contenidos.
En primer lugar, debido a la mala organización de los primeros días, Esquivel no pudo entrar a ninguna clase, por lo que la dejó llorando, ya que se había esforzado para ingresar a una de las mejores universidades e incluso nunca había tenido vacaciones por mantenerse estudiando de academia en academia. Cielo afirma: "Desde el primer día no quise estar más en San Marcos".
Sin embargo, eso no fue todo. La matrícula fue un mes después del inicio de clase y no sabía cuáles eran sus cursos y horarios, ya que la gestión de San Marcos era carente por dichos años.
Tal como ella lo cuenta, era aún adolescente y no estaba segura de qué le deparaba el futuro. "Ahora he cambiado mucho mi mentalidad, pero a los 16 años uno piensa: o eres ingeniera, o eres médica, o eres abogada".
Su interés por estudiar cada vez más disminuían; no obstante, pertenecer al equipo de fútsal como arquera la motivaba a ir todos los días al campus universitario. Pese a dicha motivación, antes de finalizar los exámenes del año académico 2016, abandonó la universidad por su bienestar emocional, ya que no le hacía bien.
"A veces me pasaba las clases y me iba solamente a jugar porque no me gustaban las clases (…). Antes de los finales, lo dejé. Dije que ya no quiero estar aquí", explica Esquivel.
Desde 2018 estudió la carrera de psicología, exactamente cuatro años académicos en la UNMSM; sin embargo, en el quinto año la abandonó, ya que no le sentaba bien estudiarla. Pese a que le gustaba estudiar, consideraba que no necesariamente debería hacerlo en una universidad.
"¿Por qué tengo que aguantar? ¿Cuál es esta necesidad de romantizar el sacrificio? Siempre es esfuerzo y sufrir. ¿Eso significa que vas a ser exitoso? ¿El mejor estudiante es el que menos duerme, es el que peor come, es el que menos vida social tiene?", se cuestiona Cielo Esquivel.
Asimismo, envía un mensaje de apoyo a quienes están pasando por lo mismo: "Sé que es muy polémico, pero espero que les llegue a las personas indicadas que tal vez se encuentren en la misma situación y les traiga un poco de alivio saber que no es el fin del mundo no ir a la universidad. Todos tenemos diferentes caminos y vale la pena buscar el tuyo, así vaya en contra de todo y de todos".
Hoy en día, la joven peruana de 24 años es creadora de contenidos y políglota de diversas lenguas extrajeras como inglés, francés, portugués, italiano y ahora va por el japonés. Además, es fundadora de su propia academia BreathEnglish, en la cual brinda clases de idiomas a precio económico, con el objetivo de ayudar a otras personas que no pueden costear una institución de idiomas.
