La Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) se pronunció a través de un comunicado y rechazó los recientes reclamos por parte de la ciudadanía hacia autoridades, como la presencia de la ministra de Cultura en el Festival de Cine de Lima o la expulsión de la congresista Patricia Chirinos de un bar de Barranco por parte de los asistentes.
"Rechazamos de manera contundente todo tipo de violencia en nuestra sociedad, pues afecta no solo a la convivencia pacífica entre peruanas y peruanos, sino también a la posibilidad de construir consensos en pro del desarrollo del Perú", se lee en la publicación. Además, enfatizaron que, en un país democrático como el Perú, las diferencias deben ser canalizadas mediante el diálogo abierto, franco y respetuoso.
"Exhortamos a aquellos sectores involucrados en dichos actos a manejar sus discrepancias con altura y dentro de los cánones del respeto y el buen vivir" expresan en el comunicado, pese a que el Gobierno fue criticado recientemente por la municipalidad provincial de Junín, quienes denunciaron actos de discriminación en la ceremonia de la batalla de Junín al prohibir el paso de los ciudadanos que querían asistir al evento.
Finalmente, la PCM reiteró su llamado al consenso, al diálogo y a la unidad nacional, ya que el país "merece vivir en paz, libertad y democracia". Aunque en su último discurso presidencial, que tuvo una duración de 5 horas, no hizo referencia los asesinatos y lesiones graves de 160 manifestantes durante las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte, por lo cual la Fiscalía presentó una denuncia contra la jefa de Estado y seis ministros.
Durante la inauguración del Festival de Cine de Lima en el Gran Teatro Nacional, la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, fue recibida con abucheos y carteles de protesta por parte de los asistentes. A pesar de los gritos y la oposición visible de la audiencia, la ministra intentó continuar con su discurso, pidiendo respeto para poder terminarlo.
En medio de un ambiente hostil, con un coro de gritos de "¡Fuera!", Urteaga elevó la voz, solicitando que le permitieran concluir su intervención. Sin embargo, la desaprobación general persistió, y la ministra fue objeto de fuertes críticas, siendo calificada por algunos como "hipócrita" y "mentirosa".
A pesar del rechazo, la ministra finalizó su discurso y descendió del escenario, enfrentando una fuerte ola de reclamos por parte del público que dejó en claro su descontento con la gestión del Ministerio de Cultura.
