El azúcar es el producto infaltable en las mesas de las familias latinoamericanas. Este alimento es el ingrediente fundamental en la elaboración de comestibles, gastronomía, y en el uso cotidiano para endulzar comidas y bebidas. Un país de Sudamérica se ha destacado por registrar los mayores consumos, según un ranking publicado por Statista.
El aumento de la cosecha y en la productividad, impulsado por condiciones climáticas favorables, ha resultado en un incremento en el consumo de este derivado en el país. Asimismo, la implementación de mejores técnicas agrícolas y la inversión en infraestructura han tenido un impacto significativo en este crecimiento, consolidando a la nación como líder en la demanda de la región.
Brasil, el gigante sudamericano, se destaca como el mayor consumidor de la región y el quinto país a nivel mundial en términos de consumo, con 9.5 millones de toneladas métricas. Este alto consumo se debe en parte a la fuerte presencia de la industria alimentaria y de bebidas, que lo utilizan como ingrediente clave en una amplia variedad de productos.
Este país también se destaca como el principal exportador a nivel mundial, aportando más del 40% del total global, según datos recientes. Esta nación aprovecha sus extensos campos de caña para consolidarse como el núcleo de la producción a nivel global, alcanzando más de 28 millones de toneladas métricas en los últimos años.
India lidera el consumo mundial, con una ingesta aproximada de 30 millones de toneladas métricas durante la temporada 2022/2023. Este país se destaca por su alta demanda interna, que prácticamente duplica la del segundo lugar en el ranking.
Por detrás de India, la Unión Europea y China ocupan el segundo y tercer lugar, respectivamente, con consumos de alrededor de 20 millones de toneladas métricas cada uno. Asimismo, Estados Unidos y Rusia también figuran en la lista de los principales consumidores, con cifras que reflejan la importancia del azúcar en sus dietas y economías.
El consumo excesivo puede llevar a una serie de problemas de salud. Uno de los más comunes es el aumento de peso y la obesidad, ya que aporta calorías vacías que no proporcionan nutrientes esenciales. Además, el exceso puede provocar resistencia a la insulina, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Otro efecto negativo del consumo elevado es el daño dental. El azúcar alimenta a las bacterias en la boca, lo que puede causar caries y enfermedades de las encías. También se ha relacionado con enfermedades del corazón, ya que puede aumentar los niveles de triglicéridos y la presión arterial, contribuyendo a problemas cardiovasculares.