Tres posibles escenarios podrían significar el final del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Conoce los fundamentos que delinean las posibles rutas para una transición política en Venezuela.
La permanencia de Nicolás Maduro en la presidencia de Venezuela se encuentra en un punto crucial de la historia. El régimen chavista enfrenta una de sus crisis políticas más significativas tras demostrarse que lograron la reelección mediante fraude el pasado 28 de julio. Según expertos y análisis recientes, existen tres escenarios específicos que exploran la compleja situación de Maduro ante la presión internacional y la dinámica con sus aliados internos y externos.
Nicolás Maduro sigue al mando de Venezuela gracias a una combinación clave que empezó con su predecesor Hugo Chávez: control total sobre las fuerzas de seguridad, dependencia económica de sus aliados internos y apoyo de países estratégicos.
Las fuerzas del orden, incluyendo el ejército, la policía y los colectivos chavistas, son leales a Maduro debido a la fragmentación y vigilancia interna que evita intentos de golpe de Estado. Según Erica Frantz, politóloga de la Universidad de Michigan, dos tercios de los dictadores entre 1950 y 2012 cayeron por facciones internas, por lo que es entendible que Maduro asegure su lealtad a través de beneficios económicos para sus 'matones', derivados de la expropiación de empresas y la corrupción.
No obstante, la producción de petróleo, fundamental para la economía venezolana, ha caído de 3.2 millones de barriles diarios en 1997 a 751.000 en 2023, reflejando la ineficiencia del gobierno actual. Por lo que se presume, gracias a diversos informes internacionales filtrados de la DEA, que los recursos del régimen se sostienen mediante los tratos que tiene Maduro con el narcotráfico, precisamente el Cartel de los Soles, y otros ingresos ilícitos.
Además, es sabido que internacionalmente Maduro cuenta con el respaldo de países como Rusia, China y Cuba, los cuales proporcionan apoyo económico y diplomático, contrarrestando las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.
Por último, con una oposición fragmentada y debilitada por la persecución e inhabilitación de líderes como María Corina Machado, no había una fuerza que representara una verdadera amenaza para el régimen; o a menos así era hasta el pasado 28 de julio, pues en las elecciones presidenciales de 2024, lograron demostrar que hubo fraude y que Edmundo González era el verdadero presidente electo de Venezuela. Sin embargo, Nicolás Maduro se aferra al poder y sigue sin mostrar las actas que lo habrían proclamado como supuesto ganador.
Con la reciente confirmación de que los presidentes Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Manuel López Obrador (México) acudirán a Venezuela para persuadir a Nicolás Maduro de que publique las supuestas actas que lo dan como ganador, se espera que, ante la inexistencia de las mismas, el régimen acepte la victoria de Edmundo González. Sin embargo, este es el caso menos probable debido al perfil dictatorial Maduro y las graves denuncias contra los derechos humanos que enfrentaría local e internacionalmente. Por ello, algunos expertos consideran tres posibles escenarios que podrían provocar su salida si la transición pacífica no ocurre:
El régimen de Maduro se enfrenta actualmente a una presión interna que poco a poco va cediendo, debido a protestas masivas y prolongadas en todo el país. Para Enrique A. Fonseca, politólogo español, estás serán masivas, sostenidas y extendidas por todo el país, similares a la Revolución Euromaidán de Ucrania.
La movilización popular, impulsada por el descontento generalizado y la desesperación ante seis años más de chavismo, llegaría a un punto de inflexión en la que los rangos bajos de las fuerzas armadas y de seguridad se unan a la voluntad del pueblo, socavando la capacidad de represión del régimen.
Resultado: Maduro, enfrentando la amenaza de un colapso inminente, negocia un exilio seguro en un país aliado como Rusia o Cuba, evitando así un final violento o la cárcel.
Para Pablo Martínez, experto argentino en política internacional, Estados Unidos juega un papel clave dentro de la transición de Venezuela, pero solo por su interés en el petróleo. En este punto, se negociaría una transición democrática, ofreciendo levantar sanciones y privatizar empresas estatales, para entregar beneficios económicos. O en el caso contrarío de no llegar a un acuerdo, esperar que se vulnere a una aliada como María Corina para actuar, arriesgándose a una respuesta por parte de Rusia y China.
Resultado: Maduro negocia una transición pacífica con Estados Unidos, obtiene una amnistía y recibe asilo en un país aliado, o es forzado a dejar el poder y posteriormente extraditado para enfrentar juicios por violaciones a los derechos humanos y corrupción. Esto podría desencadenar en una guerra, por lo que es el escenario menos probable.
Como segundo escenario, para Pablo M., la estructura interna del régimen de Maduro se podría desmoronar debido a la pérdida de confianza y beneficio económico con sus figuras clave en el régimen, como en el ejército. Estos actores, motivados por la posibilidad de preservar sus intereses y obtener garantías de inmunidad con los organismos internacionales, se aliarían con la oposición y la comunidad internacional para planear una transición pacífica, a cambio de puestos dentro de PDVSA, una vez privatizada, y otros incentivos económicos, facilitados por Estados Unidos.
Resultado: Maduro negocia con la oposición una salida pactada en la que se le permite exiliarse con ciertas garantías. A cambio, sus principales apoyos dentro del régimen reciben amnistía.
