Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en Medio Oriente. El 3 de agosto, instó a sus ciudadanos a abandonar Líbano debido al temor de una guerra total entre Israel y Hezbolá, proiraní. Es importante señalar que esta región ha estado en constante confrontación durante aproximadamente diez meses, desde el inicio del conflicto en Gaza.
El viernes 2 de agosto, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció que había ordenado "ajustes" para "mejorar la protección" de sus fuerzas y "aumentar el apoyo a la defensa de Israel", debido a la "posibilidad de una escalada regional por parte de Irán y sus aliados".
El refuerzo implica enviar más buques de guerra equipados con misiles balísticos defensivos y sumar un escuadrón adicional de aviones de combate.
El sábado 3 de agosto, Estados Unidos y Reino Unido pidieron a sus ciudadanos en Líbano que abandonaran el país cuanto antes.
"Alentamos a quienes deseen salir de Líbano a reservar cualquier billete disponible, incluso si ese vuelo no sale inmediatamente o no sigue la ruta de su primera elección", indicó la embajada de Washington en Beirut.
"Las tensiones son elevadas y la situación podría deteriorarse rápidamente", expresó por su lado el canciller británico, David Lammy, y agregó: "Mi mensaje a los ciudadanos británicos allí es claro: váyanse ya".
El 30 de julio, la situación regional empeoró considerablemente con la muerte de un alto dirigente de Hezbolá debido a un bombardeo israelí. Al día siguiente, el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, agravó aún más la situación.
Haniyeh fue enterrado el viernes en un cementerio cercano a Doha, Catar, donde vivía en el exilio, tras recibir unas exequias multitudinarias.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, amenazó a Israel con un "castigo severo", mientras que el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, habló de una "respuesta inevitable".
El sábado 3 de agosto, el ministro de Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, informó a su homólogo libanés, Abdalá Bou Habib, que El Cairo está llevando a cabo "amplias comunicaciones con todas las partes involucradas" para gestionar la escalada del conflicto entre Israel y el grupo chií libanés Hezbolá.
"Egipto está realizando amplias comunicaciones con todas las partes involucradas y activas con el objetivo de contener la escalada en curso y preservar los intereses de pueblo libanés", manifestó Abdelatty en una llamada telefónica con Bou Habib, según un comunicado del Ministerio de Exteriores egipcio.
Abdelatty hizo estas declaraciones en un momento de gran tensión, tras el asesinato en Beirut del máximo comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, a manos de Israel. El movimiento chií ha reconocido que este ataque ha sido un golpe severo para el grupo y ha prometido responder con firmeza.
El 3 de agosto, el grupo chií libanés Hezbolá lanzó un nuevo ataque con decenas de misiles Katyusha hacia el norte de Israel. La acción fue realizada “en solidaridad” con el pueblo palestino y Hamás, y como respuesta a los ataques previos de las Fuerzas de Defensa de Israel en Kfar Kela y Deir Siriane, que resultaron en civiles heridos.
En el contexto del creciente aumento de tensiones en la región y los ataques cada vez más frecuentes, el grupo anunció que ha incorporado nuevos objetivos a su lista de blancos.
“La Resistencia Islámica agregó el nuevo asentamiento de Beit Hilleil a su lista de objetivos y lo bombardeó por primera vez con decenas de cohetes”, confirmó en un comunicado.
Este domingo 4 de agosto, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) realizaron ataques en Marjayoun y otros lugares del sur de Líbano, poco después de que el partido-milicia chií libanés Hezbolá atacara Beit Hillel en el norte de Israel, en un contexto de creciente tensión entre las partes.
En su cuenta de la red social X, el Ejército del Aire israelí informó que sus aviones de combate atacaron el lanzador de Hezbolá desde el cual se habían detectado los lanzamientos provenientes de Marjayoun, así como otra infraestructura terrorista en la región, refiriéndose a Al Adeisa, que ha sido un punto de conflicto entre Israel y el grupo armado libanés.
Según las Fuerzas Armadas israelíes, Hezbolá lanzó aproximadamente 30 cohetes contra Beit Hillel, una cifra que supera con creces la "docena" reportada por la cadena de televisión Al Manar, asociada al partido-milicia libanés.
Las FDI confirmaron que la mayoría de los cohetes fueron interceptados por la defensa aérea israelí y no causaron víctimas. Este intercambio de ataques se produce en un contexto de hostilidades sin precedentes en Oriente Medio, después de la muerte del comandante de Hezbolá Fuad Sukr y, especialmente, del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, quien tenía una estrecha relación con la milicia chií, en un ataque en Teherán atribuido a Israel.