Se avecinan unas Fiestas Patrias harto previsibles, pero quizás no del todo. Que hoy sea elegida a la presidencia del Congreso una persona muy vinculada a la minería ilegal sería una novedad, pero de ninguna manera una sorpresa. Un Rafael López Aliaga furibundo, ha acusado a Eduardo Salhuana (ex Toledo, ex Madre de Dios) de fujiacuñista.
Sin embargo, la pugna en este momento del Congreso parece ser más bien una pugna entre la Gran Familia Acuña (Salhuana) y la Gran Familia Fujimori (Patricia Juárez). El resultado parece ser irrelevante, pero no para ellos: son cuotas de poder futuro lo que disputan. La idea del hermano Waldemar Cerrón presidente, es una mala broma.
El otro evento que atraerá la atención de los medios será el discurso de la presidenta, sin Rolex y sin Bangle. Nadie espera conceptos en esa pieza oratoria, pero sí algunos anuncios de intención dramática, como el aumento del salario mínimo. Quizás, en el mejor de los casos, será una promesa de imprevisible futuro. Se habla incluso de un aumento considerable.
Más bien hay que prepararse para la habitual seguidilla de las buenas cifras, los proyectos aprobados (no realizados) y los logros generales, ministerio por ministerio. Algo así como un sermón laico de las tres horas, salpimentado de algunas sensibleras expresiones de amor a la patria, todo rematado por autoalabanzas.
Luego están las movilizaciones de protesta ofrecidas por diversas dirigencias populares para coincidir con los días patrióticos de julio. Si el paro nacional del 19 pasado es una muestra, no vamos a ver mucho por el lado de esas iniciativas. Pero de todas maneras habrá eso que Dina Boluarte llama ruido político, que la distrae del 2026.
En los medios audiovisuales estos serán días para montar un foro patriótico para debatir la política y la peruanidad. No le va a quitar mucho rating a los desfiles de la temporada. Los más interesados en asumir esos cachuelos mediáticos van a ser los precandidatos de todo tipo, para poder comunicarnos qué es para ellos el Perú y cuáles son los problemas a resolver.
De vez en cuando alguien incluye la palabra bicentenario en sus comentarios, pero es obvio que ya casi no estamos allí. Habrá un último momento bicentenario el próximo nueve de diciembre (batalla de Ayacucho), y después, como en el título de Abelardo Gamarra, publicado en 1921, otros Cien años de vida perdularia.