Finalmente, el Ministerio de Salud (Minsa) reemplazó el Examen Nacional de Medicina a través del Decreto Supremo N.° 013-2024-SA, donde se otorga la responsabilidad de evaluar y asignar las plazas del Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (Serums). Este programa estatal selecciona a egresados de ciencias de la salud para trabajar en áreas de extrema pobreza y zonas remotas del país.
Ante esta medida, gremios médicos, colegios profesionales, serumnistas y estudiantes exigen la derogación de la ley, argumentando que podría afectar la calidad académica de los postulantes. Sin embargo, los más afectados por este cambio son, sin lugar a dudas, los miles de peruanos en condiciones de pobreza y extrema pobreza, quienes esperan recibir atención médica de calidad sin importar las normativas vigentes.
El Ministerio de Salud ha decidido asumir la responsabilidad de evaluar y asignar las plazas del Serums mediante una nueva prueba, subrayando que esta será gratuita en todas sus fases, a diferencia de exámenes privados como el Examen Nacional de Medicina (Enam) y otros.
Sin embargo, ha generado un rechazo contundente por parte del Colegio Médico del Perú (CMP). El decano Pedro Riega López expresó a La República su profunda preocupación por el cambio abrupto del examen sin consulta previa a las facultades correspondientes, así como por la rapidez con la que se aprobó la medida.
"Su aprobación fue abrupta, fue inconsulta, y por supuesto se presta para muchas suspicacias y preocupaciones. No solamente para la promoción de médicos y profesionales que están a puerta de un concurso (...), sino que también los exámenes nacionales de la profesión de la salud son uno de los pocos mecanismos todavía vigentes que impulsan y ayudan a fortalecer la calidad en la formación universitaria de los profesionales de la salud", señaló
A pesar de que el comunicado del Minsa asegura transparencia con los colegios profesionales de salud y facultades, las entidades opositoras no han recibido detalles concretos, solo "información genérica". En años anteriores, el proceso para obtener las plazas del Serums solía comenzar en agosto, pero ahora la situación es incierta y poco clara.
"Es una evaluación abrupta que tendría que implementarse en menos de un mes para un proceso que debe iniciar ya. Porque el contrato de los serumista de octubre ya está por culminar, terminan en septiembre, por lo que en octubre se necesita un nuevo personal”, la delegada nacional de médicos serumistas, Sofía Cáceres, también expresó su oposición.
En el proceso 2024-I, se han asignado un total de 6.240 plazas remuneradas para el Serums en todo el país, de los cuales 1.387 estudiantes prestarán servicio de primer nivel. Cajamarca lidera con la mayor cantidad de serumistas, seguida de Puno, Ayacucho, Piura y Apurímac. Por otro lado, aún falta considerar la gran cantidad de candidatos que prestan servicio sin salario. De este total, Infobae identificó que el 70% de los médicos que trabajan en el primer nivel de atención son serumistas.
“Lo que plantea el Minsa es que sea una evaluación dirigida al primer nivel de atención, lo cual significa que sea en actividades más preventivo/promocionales. Sin embargo, el propio Minsa sabe que no solo vemos eso, también vemos recuperativas, emergencias, cosas complejas que a veces no deberían manejarse acá, pero debido a que son lugares tan remotos que no existe otro lugar más cercano, llegan aquí”, precisó la doctora Cáceres.
"Como profesional debemos estar preparados para todo (...), puede llegar a ser peligroso para el propio profesional tanto como para la población. Yo no creo que sea adecuado bajar la valla, bajar la calidad académica de los exámenes para admitir a más profesionales y que puedan atender estos lugares", señaló.
El personal médico, incluidos los serumistas, enfrenta numerosos desafíos al proporcionar atención integral en las zonas rurales. A pesar de estos esfuerzos, las cifras del Registro Nacional de Ipress revelan que hasta 2022 se contabilizaron 8.783 establecimientos de salud en el país. Alarmantemente, casi el 95% de los centros del primer nivel de atención carecían de la capacidad adecuada para cumplir con las demandas nacionales.
Actualmente, los futuros profesionales de la salud están preocupados por un decreto que carece de un temario definido, fecha establecida y criterios claros de evaluación para una nueva prueba. “Queremos una evaluación de calidad, que mida lo que tenga que medir, que pase por los procesos de estandarización para comprobar que esta prueba si es académicamente buena y por último si es gratuita está bien, pero si se utilizará los impuestos de los peruanos debe ser un instrumento que mida bien”, indicó la doctora.