Desde niña, Lía Ramos Fernández sintió curiosidad por las sustancias que pudieran contaminar la tierra y el agua. Ello la llevó a estudiar ingeniería agrícola en la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) y hoy a revolucionar el cultivo de arroz con el uso de drones.
La investigadora principal y responsable del Área Experimental de Riego de la UNALM ha descubierto que con el uso de la tecnología se puede prevenir que el riesgo por inundación afecte a los arrozales y contamine el ambiente. Conozca su increíble historia.
La falta de agua en los campos de San Andrés de Tupicocha, en Huarochirí, donde se crio su padre, y en el distrito de Miraflores, en Yayos, donde nació su madre, fue algo que preocupó a su familia desde muy pequeña.
La crítica situación, reflejada en las mulitas que bebían del hilo de agua que caía por las pendientes de los cerros, la inspiró a estudiar una carrera con la que pudiera encontrar una solución a aquel problema familiar ocasionado por la falta de agua.
Además de sus padres, su abuelo, Epifanio Basilio Fernández, quien fue profesor del pueblo de Huaqui, en Yauyos, y obtuvo las Palmas Magisteriales en el grado de Educador, así como su abuela, Aurelia Romero, a quien recuerda como “indomable”, fueron sus referentes para no rendirse.
Luego de terminar la secundaria, se formó como ingeniera agrícola en la UNALM y complementó sus conocimientos con estudios posteriores, llegando a ser doctora en Ingeniería del Agua y Medio Ambiente por la Universidad Politécnica de Valencia (España) y Máster en Ingeniería Sanitaria y Medio Ambiente e Ingeniería Agrícola en su casa de estudios.
Lía Ramos, además de docente en la Facultad de Ingeniería Agrícola, tiene una especialidad poco buscada por las mujeres: Teledetección y Cambio Climático.
Actualmente, es responsable del Grupo de Investigación (DANI Concytec) Teledetección y Cambio Climático aplicado a la Agricultura y Recursos Hídricos, integrado por profesionales de la UNALM y otras instituciones de educación superior, multidisciplinario, de profesores y alumnos, que apuestan por el uso de la tecnología, a fin de proteger las plantaciones de arroz del inadecuado manejo del agua para su riego y evitar la contaminación ambiental que este ocasiona.
La ingeniera agrícola detalla que su principal trabajo consiste en usar la tecnología para prevenir riesgos en el rendimiento del cultivo de arroz, debido a que el método para regar el cereal genera problemas en la producción y en el ambiente, generando gases de efecto invernadero como metano y óxido nitroso.
Para solucionar estos inconvenientes, los especialistas usan drones con cámaras térmicas y espectrales que permiten evaluar el aire, la radiación y condiciones climáticas de los arrozales.
“El arroz es una planta acuática que necesita mucha agua, pero el regado por inundación está ocasionando problemas de salud, como el dengue porque atrae al vector”, señala Lía.
Sin embargo, el uso de la tecnología en las plantaciones se ha logrado luego de años de investigación, evaluación y publicación de artículos de revistas científicas, que recogen sus hallazgos, demuestren los beneficios de su aplicación para reducir amenazas.
“No ha sido sencillo, pero ha valido la pena. Nuestro objetivo siempre fue y es ganar financiamiento para nuestros proyectos”, indica.
Asimismo, Lía destaca que con los recursos obtenidos pudieron convertir una zona abandona de su universidad, “considerada un basurero”, en el Área Experimental de Riego de la UNALM, donde hoy desarrollan investigaciones de alta calificación.
"Estamos logrando que las familias de agricultores de Lambayeque, Ferreñafe y Chiclayo no pierdan sus cultivos. A ellas queremos entregarles herramientas para que desde sus celulares protejan sus tierras”, señala.
