Alberto Juantorena dejó huella en los Juegos Olímpicos y se ubica entre los atletas más importantes de Cuba de la última década. Esta leyenda se transformó en el primer corredor de un país de habla española en ganar dos pruebas de atletismo en una misma edición olímpica. A lo largo de su carrera le dedicó sus triunfos a su nación y a Fidel Castro. Lamentablemente, las lesiones complicaron su continuidad y terminó por retirarse de las pistas luego del Mundial de Atletismo de Helsinki.
El cubano participó en tres ediciones de los Juegos Olímpicos, arrasó en los mundiales de atletismo y rompió diversos récords. "En Montreal 1976, Alberto Juantorena se convirtió en el único atleta en ganar los 400 y 800 metros. Sin duda, un logro atlético verdaderamente notable, ya que los 400 metros son una carrera de velocidad y los 800 metros es una prueba táctica de media distancia. Además, fue el primer corredor de un país de habla española en ganar en cualquier distancia marcando un 'doblete'. Cuba nombró a Juantorena su Viceministro de Deportes, tras su retiro en 1983", se lee en la plataforma oficial de las Olimpiadas.
Su velocidad llamó la atención de varios entrenadores de la Selección cubana de atletismo y del comando técnico de basquetbol, pero Alberto prefirió las pistas atletas que las canchas y las canastas. Se dedicó exclusivamente a las carreras e hizo historia en ese deporte.
El bicampeón olímpico también arrasó con los Juegos Centroamericanos y del Caribe en la misma modalidad La estrella cubana también rompió récords como corredor en los Juegos Universitarios de su nación y se convirtió en el mejor velocista de los 400 metros planos. Pese a ello, las lesiones mermaron su rendimiento en diferentes torneos de atletismo e incluso empezó a perder regularidad por constantes operaciones.
Estos torneos le dejaron varias secuelas en la salud, puesto que padeció dos neuromas (uno plantar y otro interdigital) en los pies y fue intervenido quirúrgicamente en diciembre de 1974 y enero de 1975, respectivamente. Por este motivo, tuvo que parar y se perdió importantes torneos.
Las lesiones no le permitieron repetir la hazaña en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, donde los atletas europeos y soviéticos llegaban con una preparación mucho más completa en comparación con las últimas ediciones del campeonato. Finalmente, se retiró en el Mundial de Helsinki 1983 luego de sufrir una nueva lesión en el pie que no le permitió cruzar la línea de meta. Una vez fuera de las pistas, por lesiones y edad, el Salón de la Fama de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo y la World Athletics le entregaron la Placa al Mérito.
