Aunque son muchos quienes sacan provecho de la tecnología en sus smartphones, pocos saben qué implicancias se desprenden de ello. Te contamos.
Los teléfonos inteligentes, sin duda alguna, se han convertido en herramientas esenciales para millones de personas en el mundo, ya que permiten realizar una gran variedad de actividades en cuestión de segundos. Debido a la importancia de los dispositivos, es de esperar que uno haga uso del mismo durante prolongadas horas y por lo mismo la batería se agota con frecuencia. ¿Utilizas la carga rápida para reponer su autonomía en un menor tiempo? En esta nota te explicamos si es mala idea hacer uso de dicha tecnología o no.
Como tal, es importante precisar que, como señala su nombre, la tecnología denominada como carga rápida se ha diseñado para que el suministro energético que recibe tu teléfono sea mucho más veloz que la que dispone un cargador estándar. Gracias a ello, es posible ahorrar tiempo valioso en el día a día, para que no tengas que perder minutos u horas esperando a que tu equipo tenga la autonomía suficiente que evite que tus actividades se interrumpan. No obstante, a pesar de su evidente beneficio, puede conllevar riesgos considerables a largo plazo.
¿La carga rápida es mala para tu batería? Si bien la gran mayoría de fabricantes de smartphone ofrecen en su catálogo móviles compatibles, no deberías abusar de su uso. Aunque actualmente existen celulares que soportan intensidades que van hasta los 100 W o 120 W, su manejo desmedido puede contribuir en la degradación de la batería.
De forma puntual, cuando circula esa intensidad de corriente se produce calor a grandes temperaturas, factor que afecta principalmente a las baterías. Cada vez que recargues tu dispositivo, el componente se recalentará y la variante de carga rápida genera medidas por encima de lo normal. Por lo tanto, que expongas a tu smartphone a dicha situación afecta de forma significativa a la salud de la pieza y reduces su vida útil.
La recomendación no pasa porque descartes utilizar dicha tecnología, sino que limites la carga cuando necesites recuperar autonomía en un corto periodo de tiempo (ya sea que salgas a la calle, por ejemplo). Si vas a estar en casa por muchas horas y junto a un enchufe, entonces conviene emplear la carga normal, que es la más aconsejable para tener un manejo más responsable del celular.
Como todo, el uso excesivo de herramientas genera un desgaste considerable en los componentes internos de los teléfonos, por lo que cambiar de rutinas contribuye a que lleguen tarde a su obsolescencia. Además, procura apoyarte en herramientas de carga beneficiosas, como la batería adaptable, que regula el ingreso de energía para que no se produzcan tantos ciclos de carga cuando vas a dormir y conectas tu smartphone.
