Este hombre vive hace 20 años en medio de un bosque de Yakutsk, la cual es considerada como la ciudad más fría de todo el mundo. Conoce más detalles aquí.
Yakutsk es conocida por ser una de las ciudades permanentemente habitadas más frías del mundo, con temperaturas que pueden descender hasta los 40 grados bajo cero. A unas cinco horas de este lugar vive Samuil, un hombre de 67 años, en una cabaña rudimentaria en el bosque, donde la lucha diaria incluye mantener el calor con fuegos constantes y protegerse de los osos que a menudo rondan por su hogar.
Samuil vive en condiciones extremadamente duras en un ambiente solitario y helado. Su hogar es una cabaña rudimentaria en el bosque, cubierta de nieve y con grandes huecos en las paredes, sin ventanas fijas, lo que permite la entrada constante de aire frío. Las ventanas están improvisadas con láminas de celofán desgarradas, y el interior está forrado con lonas y mantas para intentar retener algo de calor. A pesar de estas adversidades, realiza tareas diarias como recoger leña, cocinar y escuchar la radio.
La batalla constante contra el frío le obliga a almacenar madera y cortar árboles. La vida de este hombre no solo se ve marcada por el desafío de mantenerse caliente, sino también por la amenaza constante de los osos que rondan su vivienda. Sin embargo, gracias a sus perros, estos peligrosos vecinos no han entrado a su hogar.
Para sustentarse, se aventura a vender escobas en Yakutsk, lo que le proporciona algunos recursos para comida y necesidades básicas. A pesar de las dificultades y la soledad, encuentra cierto contentamiento en su vida solitaria, manejando su día a día con una sencillez que incluye ducharse con agua helada al aire libre y el ocasional entretenimiento de leer revistas congeladas.
Samuil de 67 años, mencionó en una entrevista que abandonó hace veinte años su ciudad natal porque perdió a su familia cuando era joven. La decisión de mudarse no fue fácil, pero fue motivada por el deseo de enfrentar nuevos retos y la necesidad de encontrar paz en la soledad, algo que sentía que no podía lograr en su entorno anterior.
Él vive a unas cinco horas caminando de Yakutsk, su principal punto de contacto con la civilización. Estos viajes no solo son físicamente agotadores, sino también mentalmente desafiantes, ya que debe prepararse para enfrentar el intenso frío y la posibilidad de no encontrar alimentos en el camino. Antes de cada viaje, se asegura de estar bien equipado, revisa su equipo y sus provisiones, y realiza oraciones que lo fortalecen espiritualmente.
De acuerdo con los reportes climatológicos cotidianos, la temperatura común es de -40ºC Esta ciudad, una de las más frías permanentemente habitadas del mundo, tiene días cortos en invierno y largos en verano, pero siempre dominados por el frío intenso. Las tormentas de nieve son frecuentes, y la nieve cubre el paisaje la mayor parte del año, lo que ha requerido adaptaciones arquitectónicas específicas, como la elevación de los edificios para protegerlos de las inundaciones causadas por el deshielo.
