Los problemas financieros y la falta de fiscalización efectiva están llevando a los concesionarios del Metropolitano en Lima a considerar la suspensión del servicio desde el mes de agosto. En una conversación con La República, Luis Quispe y Mariana Alegre, expertos en temas de transporte, explicaron el impacto que causaría en la ciudad si el Metropolitano dejara de operar.
El servicio del Metropolitano en Lima enfrenta una posible suspensión que podría comenzar en agosto debido a una combinación de factores críticos. Roberto Vélez, representante de los concesionarios del sistema, manifestó que los ingresos del servicio no son suficientes para cubrir los costos operativos, que superan en un 24 % a los ingresos.
"Los costos de operación del Servicio se encuentran un 24% por encima de los ingresos del Metropolitano, lo que hace que este sistema no sea autosostenible y se encuentre en una situación de permanente desequilibrio económico", se lee en el comunicado.
Esta situación de desequilibrio económico es una de las razones clave detrás de la potencial paralización. Además, los concesionarios sostienen que la falta de fiscalización adecuada y la competencia desleal han exacerbado los problemas, volviendo insostenible la operación bajo las condiciones actuales.
Cabe precisar que las negociaciones entre los concesionarios y la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU) no han resultado en soluciones efectivas hasta ahora. Se han establecido mesas de trabajo para tratar los temas de infraestructura pendiente, equilibrio financiero y regulación, pero aún no hay una decisión definitiva.
La suspensión del Metropolitano tendría repercusiones en la vida cotidiana. Luis Quispe, especialista en tránsito y seguridad vial, mencionó lo siguiente: "Este servicio no puede ni debe detenerse, ya que los usuarios son cautivos de el, dado que la tarifa de un recorrido completo es bastante razonable. (...). La deficiencia podría superarse con una mejor comunicación".
"No hay forma de reemplazar este servicio porque son 300 buses articulados y 254 alimentadores. Sería un grave perjuicio para la población, ya que no existe una alternativa viable. En caso dejara de funcionar, pasaría lo mismo que cuando se paralizó el corredor morado y tuvieron que sustituirlo con combis y vehículos del transporte tradicional, lo cual no sería razonable", añadió.
Por su parte, Mariana Alegre, directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos, complementa esta visión destacando el impacto social del cierre: "El Metropolitano se ha convertido en un medio de transporte fundamental en la ciudad. En caso de que ya no opere más, los usuarios no podrían utilizar el servicio ni llegar a su destino. Se generaría más transporte informal, lo que incrementaría el tráfico y afectaría a todas las personas, incluidas aquellas que no son usuarias. (...). Sería un retroceso de más de 10 años; por lo tanto, es una posibilidad que no podríamos permitir como sociedad".
La potencial paralización del Metropolitano no solo afectaría el día a día de los ciudadanos, sino que también representaría un retroceso en los esfuerzos por modernizar y formalizar el transporte urbano en Lima. Quispe subraya la necesidad de previsión: "Debe preverse para no llegar a esa situación. La ATU debe esforzarse en mantener una buena comunicación con los cuatro consorcios para evitarlo".
Mientras tanto, la directora de Lima Cómo Vamos declaró lo siguiente: "El impacto es tan grande que confirmaría el fracaso de cualquier forma de trabajo que se haya querido implementar en el país. (...). Uno de los problemas sería la pérdida de confianza en la posibilidad de tener un sistema de transporte articulado y organizado. (...). No se trata de un sistema de transporte masivo; en ese sentido, la aparición desmedida y desbordante de transporte informal ocuparía cada vez más espacio, generando muchos más problemas en las pistas: tráfico, desorden, ruido y contaminación".