Los resultados de la investigación señalan que los trabajadores bajan su rendimiento y son más propensos a renunciar cuando una IA se encarga de monitorearlos.
Muchas personas alrededor del mundo están utilizando la inteligencia artificial (IA) para agilizar distintas actividades: generar un plan de acción para alcanzar cierto objetivo, corregir errores ortográficos de algún texto, generar imágenes específicas, entre muchas más. Por ello, muchos creen que esta nueva tecnología representa un gran avance y que su impacto es muy positivo en distintas áreas de la vida humana. Sin embargo, no siempre es así.
Hoy en día, muchas empresas adoptan el uso de la inteligencia artificial para acelerar diversas actividades laborales. Este tema ha sido objeto de diversas investigaciones con el fin de evaluar si la implementación de la IA siempre conlleva beneficios para la compañía. Un estudio en particular se enfocó en la perspectiva en la que esta tecnología se emplea para monitorear el rendimiento laboral. Los resultados arrojaron que se presentan efectos negativos en los trabajadores. A continuación, te explicamos en detalle.
En una reciente investigación publicada en la revista Nature, se puso en cuestionamiento la manera en que las empresas utilizan la inteligencia artificial para vigilar el rendimiento de los trabajadores. En principio se pensó que esto podría tener algún beneficio, pero la realidad señala que se estarían consiguiendo efectos totalmente negativos.
Los resultados a los que se llegaron indican que, cuando la IA se encarga de vigilarlos, los trabajadores suelen quejarse con mayor frecuencia, disminuyen su rendimiento laboral y hay una mayor posibilidad de que renuncien si se les presenta la ocasión. Todas estas situaciones no ocurren cuando la tarea de vigilancia la realiza una persona humana.
Estas situaciones aparecen cuando los trabajadores notan que la inteligencia artificial se dedica más a juzgar su desempeño en lugar de ofrecer algún tipo de ayuda para que mejoren su rendimiento laboral.
La investigación publicada en Nature indica que, cuando la inteligencia artificial se dedica a labores de monitoreo, los trabajadores tienen la sensación de que cuentan con una menor autonomía. Por lo tanto, hay una repercusión negativa en el rendimiento laboral. Esto termina por perjudicar a ambas partes, es decir, la compañía y al empleado.
La doctora Emily M. Zitek, una de las autoras del estudio, asegura que 'las organizaciones que intentan implementar este tipo de vigilancia mediante IA deben reconocer los pros y los contras de hacerlo'. Asimismo, resalta que las compañías deben utilizar todos los medios posibles para asegurarse de que la inteligencia artificial esté 'más orientada al desarrollo o para garantizar que las personas puedan agregar contextualización'. También agrega que, en el caso de que los trabajadores sientan que han perdido autonomía, se sentirán insatisfechos e infelices en su centro de labores.
Por último, el estudio concluye que el uso de la inteligencia artificial para realizar labores de monitoreo no es algo negativo en sí mismo. 'La vigilancia algorítmica no necesariamente conducirá a resultados adversos para los individuos; solo depende de cómo se implemente', concluye la investigación.
