Jonathan Montoya Rendón, sicario de Colombia —entre los 10 más buscados de España— fue detenido tras entregarse de forma voluntaria a la autoridad local. Montoya fue conocido por su papel en el asesinato del capo del Cártel de Medellín, Leónidas Vargas, en 2009. Este crimen ocurrió en el hospital 12 de octubre de Madrid, cuando Vargas, también fundador del Cártel de Caquetá, venía siendo tratado por problemas pulmonares.
De acuerdo a la Policía, una de las causas principales para que Montoya decidiera entregarse a la autoridad española fue la exposición de su rostro en los medios de comunicación. Esta "presión mediática", subraya la policía española, provocó que el prófugo optara por entregarse, presentándose en las dependencias del Complejo Policial de Canillas, donde fue arrestado por agentes de la Policía Nacional y la Policía Municipal de Madrid.
Cabe indicar que, tras el asesinato de Leónidas Vargas, el sicario fue condenado a 24 años por asesinato y tenencia ilícita de armas, sin embargo, en 2023, durante un permiso penitenciario, se fugó de la prisión. Este evento desencadenó una intensa búsqueda bajo la operación Pólvora, centrada en capturar a individuos relacionados con delitos graves, siendo añadido a la lista de los 10 más buscados en España.
Después de agotar todas las líneas de investigación en su búsqueda, la Policía Nacional decidió solicitar la colaboración ciudadana para encontrar al prófugo. Esta petición formó parte de la campaña "Los 10 fugitivos más buscados de España", que logró una amplia difusión a través de medios de comunicación y redes sociales, alcanzando unos cuatro millones de visualizaciones.
La efectiva coordinación entre la Policía Nacional y la Policía Municipal de Madrid fue crucial para el éxito de esta operación. La captura del fugitivo no solo demostró la eficacia de la colaboración ciudadana impulsada por campañas mediáticas, sino también reforzó la importancia del trabajo en equipo entre diferentes cuerpos policiales en la gestión de casos de alta prioridad.
Dentro de la difusión, la Policía calificó a Montoya como "un peligroso sicario colombiano buscado por un delito de asesinato", además de indicar su "cooperación con otras personas", para el asesinato del "capo colombiano, Leónidas Vargas, que en ese momento se encontraba hospitalizado". Por otra parte, fue descrito físicamente para su reconocimiento: "Mide 1,86 metros, tiene la piel blanca, complexión atlética y tanto sus ojos como su pelo son de color negro".
La campaña "Los más buscados" de la Policía incluye prófugos con una variedad de perfiles delictivos, algunos evadidos desde hace más de una década. Los cargos contra ellos abarcan algunos de los crímenes más graves, como , todos relacionados con el crimen organizado. Esta estrategia busca intensificar los esfuerzos para capturar a estos individuos.
