Acompaña a Marko TK en un recorrido por este cementerio y adéntrate en cada una de estas casas tumbas para observar cómo están construidas. En esta nota, te contamos todo lo que recopiló este youtuber.
En las áridas tierras al norte de Lima yace un enigma que desafía el paso del tiempo y la comprensión moderna. Entre las dunas y el desierto, se alzan majestuosas casas tumbas de uno y dos pisos: vestigios que narran historias perdidas en el eco del viento. Estas estructuras, más que moradas finales, son testigos de un pasado intrigante, donde el lujo y la solemnidad se entrelazan en un misterio que espera ser desvelado.
Estas casas tumbas fueron documentadas por el influencer Marko TK, a través de su canal de YouTube, en donde hace un recorrido por este cementerio y se adentra a cada una de estas con el objetivo de mostrar los detalles de cómo y con qué materiales está construido. En esta nota, te contamos todo lo que recopiló este youtuber.
En el norte de Lima, exactamente en la ciudad de Huarmey, Lima, se ubica el cementerio San Lorenzo, camposanto conformado por mausoleos con acabado de primera mano. Marko TK cuenta que, a falta de cercado en el perímetro de este lugar, el ingreso es accesible para cualquiera, siempre y cuando lo respetemos y cuidemos. Este youtuber, al ingresar, se percató de que la zona es como si fuese una calle común y corriente.
"Si uno ve esta construcción a lo lejos, lo primero que se le viene es que es una casa, y no es la única. Parece tal cual un jirón o una calle en cualquier ciudad", explica asombrado Marko TK.
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En este cementerio, cada mausoleo es una historia de memoria y cuidado meticuloso. Con acabados que rivalizan con interiores residenciales, los nichos exhiben pisos de mayólica, puertas de cochera y paredes impecablemente pintadas. Sus frontis ostentan elegantes bloques de vidrio y puertas de rejas, creando una estampa de seriedad y respeto. Es notable ver como estas sepulturas de décadas atrás, como las del año 1962, mantienen un estado excelente incluso después de más de 60 años. Cada mausoleo, con aproximadamente 40 metros cuadrados destinados a una sola sepultura, evoca la solemnidad de una casa de dos pisos en una esquina, destacando la dignidad y el respeto perpetuo hacia quienes descansan dentro.
