La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reunido numerosa evidencia para finalmente vincular al talco con un riesgo mayor de provocar cáncer. El producto es usado a diario en cosméticos y como polvos desodorantes.
Por muchos años, el talco ha estado en el lente de los científicos porque sospechan que se relaciona con el deterioro del bienestar corporal. La Organización Mundial de la Salud (OMS), finalmente, ha clasificado a este mineral, usado en la cosmética y en polvos desodorantes, como "probablemente cancerígeno".
La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), entidad de la OMS, estudió la evidencia disponible y ubicó al talco en el nivel 2A, lugar compartido ahora con las carnes rojas. Además, se ha identificado que el acrilonitrilo, un compuesto empleado en el sector textil y para plásticos, puede provocar cáncer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado el talco como "probablemente cancerígeno" para los humanos. El producto es un mineral natural utilizado en cosméticos y polvos corporales, ampliamente conocido en el mercado. Aunque en anteriores oportunidades se le ha cuestionado porque aumentaría el riesgo de cáncer de ovarios, según la American Cancer Society, el pronunciamiento con base en evidencia científica recién ha llegado a nosotros.
La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), que pertenece la OMS y se dedica a evaluar el potencial cancerígeno de diversas sustancias, concluyó que el talco puede ocasionar cáncer. Este mineral ha sido ubicado en el nivel 2A de la clasificación de la IARC, al mismo nivel de peligro que las carnes rojas. Pese a que las pruebas en humanos son limitadas, el producto sí genera cáncer en animales de laboratorio.
Según el Instituto Nacional del Cáncer (INCA), la carne es una fuente importante de nutrientes. Sin embargo, también contiene una forma de hierro conocida como hemo, proveniente de los glóbulos rojos y las células musculares, que, si se consume con frecuencia, puede aumentar el riesgo de cáncer. Debido a esto, el INCA y el Fondo Mundial para la Investigación Internacional del Cáncer recomiendan limitar el consumo de carne roja a 500 gramos por semana, es decir, tres porciones como máximo.
Por otro lado, el tratamiento con talco ya ha causado tumores malignos y benignos en ratones macho. De acuerdo con la IARC, este producto presenta características carcinógenas: inflamación crónica, alteración de la proliferación celular, muerte celular o fallas en el suministro de nutrientes.
El talco se extrae en diversas partes del mundo y la población puede estar expuesta a este mineral no solo en entornos laborales, sino también a través del uso de cosméticos y polvos corporales que lo contienen, por ejemplo, maquillaje y desodorantes. La contaminación del talco con asbesto, una sustancia altamente cancerígena y similar al amianto, es otra preocupación, ya que puede transportarse tanto a trabajadores como al público en general a través de productos muy distribuidos.
La IARC justifica que el talco ocupe un lugar en el nivel 2A debido a numerosos estudios que muestran consistentemente un aumento en la incidencia de cáncer de ovario en mujeres que informaron el uso de talcos corporales en la región perineal. Aunque la mayoría de estos estudios no pudieron excluir la contaminación del talco con asbesto, se observó un mayor riesgo de cáncer de ovario en estudios ocupacionales.
El vínculo entre el talco y el cáncer de ovario ha sido objeto de litigios, como el caso contra Johnson & Johnson en Estados Unidos, en el que miles de personas demandaron a la empresa alegando que su producto Baby Powder contenía componentes cancerígenos. A pesar de que Johnson & Johnson siempre ha defendido la seguridad de su producto, la compañía decidió suspender su venta mundial a partir del 2022.
Joan Albanell, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital del Mar de Barcelona, señaló que la evidencia mecanística y preclínica aportada por la OMS sobre el efecto carcinógeno del talco aún necesita traducción definitiva a estudios epidemiológicos. Alejandro Pérez Fidalgo, del Hospital Clínico de Valencia, subraya que el riesgo de cáncer depende de la dosis, el tiempo y la forma de exposición al talco, y recomienda evitar su uso en áreas genitales.
Por otro lado, el acrilonitrilo ha sido ubicado en el grupo 1 de la IARC, el nivel más alto de certeza cancerígena. Este compuesto se usa principalmente en la producción de polímeros y la exposición humana puede ocurrir tanto en el ámbito laboral como por inhalación del humo de cigarrillo y contaminación del aire. La IARC ha encontrado suficiente evidencia de que el acrilonitrilo causa cáncer de pulmón y, aunque en menor medida, cáncer de vejiga.
