Un alimento, que hoy es básico en muchas culturas, tiene una historia fascinante que pocos conocen. Originario de Sudamérica, exactamente de los Andes y de la sierra del Perú, no solo se ha convertido en un ingrediente esencial dentro de la cocina mundial, sino que también ha jugado un papel crucial en la supervivencia de Europa en tiempos de crisis.
Descubre cómo, pasó de ser considerada venenosa en el continente europeo, a salvar a millones de personas de la hambruna. Este viaje desde las alturas de los Andes hasta los campos europeos está lleno de curiosidades y personajes interesantes que cambiaron la historia.
La papa fue el alimento que, tras ser domesticado por las culturas preincaicas de Sudamérica, 8.000 años a.C., llegó Europa durante el siglo XVI como consecuencia de la colonización. Inicialmente, fue popular entre los viajeros atlánticos por u peculiar sabor y por su resistencia a estropearse, pero al llegar por primera vez a Europa fue visto como un ornamento botánico raro que no podría servir como alimento. Y es que el estómago europeo no estaba acostumbrado al carbohidrato y almidón, por lo que fue considerado venenoso y rechazado.
Esta situación cambió gracias a Antoine Parmentier, un naturista, nutricionista y agrónomo francés que durante su cautiverio en la Guerra de los Siete Años (1754 - 1763) descubrió sus beneficios nutritivos. Al regresar a Francia, promovió su consumo y cultivo, lo que ayudó a mitigar la hambruna en Europa, especialmente durante los siglos XVIII y XIX.
Así, la papa se convirtió en un recurso vital, proporcionando una fuente confiable de alimento y ayudando a estabilizar las economías agrícolas europeas. Esta información pudo ser corroborada por un estudio del National Bureau of Economic Research, realizado por economistas de la Universidad de Colorado, la Universidad de Northwestern y de Harvard publicado en 2017.
Esto también ocasionó que se registrara una reducción de conflictos por alrededor de dos siglos, debido a que evitaba los levantamientos de campesinos.
