Son causas complejas. Son pocos los que quieren hablar. Los recursos y el personal policial necesario para llevar adelante investigaciones exitosas escasean. Los atestados se acumulan, al ritmo desenfrenado de la cantidad de homicidios alarmantes que contabiliza Lima Metropolitana que en el primer semestre del año contabilizó 415 victimas de asesinatos en 377 casos.
Todo este cúmulo de situaciones marca un escenario difícil, y los números son elocuentes. De acuerdo a un reciente cuadro estadístico de la Dirección de Investigación Criminal, del total de casos perpetrados solo se resolvieron 18 (4.77%), mientras que otros 359 aún no han sido esclarecidos. En este lado están esas familias que lloran a sus muertos y todavía no tuvieron justicia.
“Los números son bajos”, reconoció un agente de la División de Homicidios, aunque aclaró que esa unidad solo investiga 104 casos (28%) y el resto los tiene las distintas División y Departamentos de Investigación Criminal.
A medida que aumenta la cantidad de homicidios, disminuye la tasa de esclarecimiento, sobre todo cuando son homicidios relacionados con economías delictivas (extorsión, trata de personas, secuestro, explotación sexual) y el narcotráfico, donde no hay testigos que quieran hablar porque saben que son próximas víctimas o porque los problemas se resuelven entre las bandas.
Otro dato relevante es que 157 de las muertes fueron cometidas por bandas criminales mientras que 212 casos fueron perpetrados en la modalidad de sicariato mientras que en 158 el móvil fue el ajuste de cuenta.
En las últimas 48 horas otros dos asesinatos volvieron a estremecer la ciudad. El joven entrenador de fútbol, Carlos Enrique Aponte Gonzales (26) fue acribillado frente al colegio José Olaya, en la cuadra 7 del jirón Atahualpa, en La Perla, Callao.
Ahí había alquilado una cancha de Grass sintético para entrenar a un equipo juvenil. Cuando terminó, salió y fue emboscado. “Lo vi caminar, intentó decir algo, pero se desplomó y murió”, dijo un vecino. Aún se desconoce el motivo de este crimen.
Entre tanto, en Ate, un hombre identificado como Erick Jordan Maldonado Inca (31) fue asesinado por presuntos sicarios en la avenida Ferrocarril, en el límite con Santa Anita. La víctima retornaba de un velorio cuando fue interceptado y acribillado a tiros.
Personal del serenazgo y de la comisaría de Vitarte que llegaron al lugar conformaron que las cámaras de seguridad habrían logrado captar el asesinato. Las imágenes pueden ser claves para identificar y atrapar a los asesinos.