El desierto más seco de la Tierra no se encuentra en África, como muchos podrían pensar, sino en Sudamérica. Este lugar no ha recibido lluvias en algunos de sus sectores durante más de 400 años, un récord que lo posiciona muy por encima del Sahara, el cual, aunque famoso, no alcanza los niveles de aridez del sudamericano. La radiación solar aquí es tan intensa que se compara con la de Venus, lo que ha llevado a comparaciones de su superficie con la del planeta Marte.
Los fascinantes paisajes del desierto sudamericano atraen por su aridez extrema, pero también por su rica historia y biodiversidad. En sus terrenos se encuentran lagunas saladas, campos de piedras volcánicas y reservas de litio esenciales. Además, en este desierto se hallaron las momias más antiguas del mundo, lo que añade una capa de misterio y atractivo histórico a este inhóspito lugar.
El desierto más seco de la Tierra es el desierto de Atacama, ubicado en Chile. Este vasto territorio se extiende por aproximadamente 105.000 km², y hasta 128.000 km² si se incluyen las laderas bajas de los Andes. Situado entre la Cordillera de los Andes y la Cordillera de la Costa, el Atacama se caracteriza por recibir menos precipitaciones que los desiertos polares, lo que lo convierte en el desierto de niebla más grande del mundo. Las condiciones extremas del desierto de Atacama lo han convertido en un lugar de interés científico y su superficie es comparada con la de Marte debido a su similitud en aridez y radiación solar.
Ese desierto se destaca por su falta casi total de precipitaciones, a comparación del Sahara. Algunas áreas no han visto lluvia en más de cuatro siglos. Además, Atacama alberga las momias de Chinchorro, las más antiguas del mundo, con más de 7.000 años de antigüedad. Descubiertas en 1917 y estudiadas a fondo en 1983, estas momias revelaron que los antiguos habitantes de la región se establecieron en la costa del Pacífico y se dedicaban a la pesca y recolección de alimentos. Este descubrimiento arqueológico aporta una dimensión histórica y cultural que otros desiertos no poseen.
San Pedro de Atacama es el punto de partida para quienes desean explorar el desierto más seco de la Tierra. Este encantador pueblo ofrece un pequeño centro colonial y la popular calle Caracoles, donde se concentran tiendas y servicios turísticos. Al llegar, los visitantes pueden apreciar la iglesia de adobe y explorar las diversas lagunas poco profundas del desierto, como Tebenquiche y Chaxa. Estas lagunas no solo ofrecen paisajes espectaculares al atardecer, sino también hábitats cruciales para flamencos y otras aves autóctonas. Además, la región cuenta con importantes reservas de litio, aunque su explotación plantea riesgos para la fauna local.
Sudamérica alberga varios desiertos importantes, además del desierto de Atacama. Entre los más extensos se encuentran:
