Desde muy joven, Diego Osores tuvo particular interés por las necesidades del sistema de salud en el Perú, por lo que al terminar la secundaria se preparó con gran dedicación para ingresar a la carrera de Medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), pero al final se inclinó por una relativamente nueva en el país, Ingeniería Biomédica. Hoy, ya graduado, trabaja para la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) en Ecuador.
Diego es del distrito de San Martín de Porres. Su padre, natal de Jauja, es Físico de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y su madre químico farmacéutico de la UNMSM, ambos fueron su inspiración para que se decidiera por una carrera que mezcla ambos campos profesionales.
Desde que acabó el colegio estaba seguro de querer estudiar en la Decana de América y, aunque en un principio pensó en la carrera de Medicina, su interés por las tecnologías lo llevaron a descubrir la carrera de Ingeniería Biomédica.
“Estudiar en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos fue una oportunidad para poder desarrollar una carrera profesional en este país que, si bien era nueva, no dejaba de ser interesante y me llamaba mucho poder convertirme en un ingeniero biomédico”, confesó en una entrevista exclusiva para La República.
Al ser un campo reciente en el Perú, es poco conocida a pesar de su importancia en sectores de la salud. De hecho, Diego es parte de la primera promoción de la carrera en la UNMSM.
“La ingeniería biomédica es la aplicación de los conocimientos de la ingeniería en la medicina y se puede dividir en áreas como la gestión en salud, la biomecánica, los biomateriales, ingeniería de tejidos y otras áreas. Pero para mí en particular representa la oportunidad de aplicar las tecnologías para ayudar a dar un mejor servicio en el sistema de salud”, indicó para este medio.
Al ingresar a la UNMSM, Diego aprovechó que la carrera era nueva para sumarse en proyectos que pusieran a su carrera al nivel de las otras ingenierías en su universidad. Ello lo motivó a postularse como representante de su promoción en segundo ciclo y ocupó el cargo durante casi toda su etapa estudiantil, incluso cuando viajó al extranjero.
“Decidí hacer un intercambio estudiantil hacia la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) porque me interesaba mucho ver la visión o perspectiva que pueda haber en otros países con respecto a mi carrera”, comentó Osores.
El joven ingeniero biomédico estudió su octavo ciclo en la UNAM, a la que consideró llevarle muchos años de desarrollo en la carrera respecto al Perú y donde mejoró sus conocimientos en áreas como Logística Hospitalaria, Biomecánica y Biometeriales.
“Siempre voy a estar agradecido con San Marcos por la oportunidad que me brindó, tanto en la parte teórica, como por el compromiso de ser muy conscientes que nuestro trabajo es un servicio para mejorar la vida en nuestro país”, señaló.
En cuanto a la UNAM, Diego destacó que le ofreció un panorama mucho más avanzado que le gustaría replicar en el Perú.
“Tiene ciertos recursos con respecto a laboratorios e incluso más avances en proyectos de investigación. Lo que se puede estar iniciando acá, ya allá se ha avanzado. Me agradó la perspectiva porque eso puedo compartirlo con los colegas de biomédica en San Marcos o incluso de otras universidades”, mencionó.
Antes de terminar sus estudios llevó prácticas en el área de equipamiento y en su último ciclo postuló en una convocatoria abierta a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops), donde actualmente labora en proyectos de alto nivel y especialidad en Ecuador.
“Es un placer trabajar en proyectos que te generan conciencia del impacto que la salud genera en la mejora de la vida de las personas”, comentó.
Diego Osores espera dedicarse a proyectos en el área hospitalaria donde pueda implementar un mejor nivel de gestión, tanto en construcción de hospitales como en adquisición de equipamiento.
La Unops presta servicios de infraestructura, adquisiciones y gestión de proyectos en más de 80 países para lograr un mundo más sostenible. Asimismo, ayudan a mejorar la eficacia de proyectos humanitarios, de desarrollo y de consolidación de la paz y la seguridad.