Este jueves, un grupo de familiares de detenidos desaparecidos accedió al Batallón de Infantería Paracaidista N°14, situado en Toledo, Canelones, en un emotivo acto que busca revelar la verdad sobre las atrocidades cometidas durante la dictadura uruguaya.
La visita se produce tras el descubrimiento reciente de restos humanos en el lugar, un hallazgo que evoca tanto esperanza como dolor entre quienes buscan respuestas tras décadas de incertidumbre.
Durante esta jornada, los familiares, acompañados por el ministro de Defensa Nacional, Armando Castaingdebat, y el director de la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh), Wilder Tayler, pudieron observar de cerca el proceso de remoción de los restos. Este procedimiento, que se estima se extenderá hasta la tarde de hoy, busca recopilar la mayor cantidad de evidencia posible sobre las víctimas del terrorismo de Estado en Uruguay.
️ Ignacio Errandonea, integrante de @famidesa, dijo a #MVDNoticias que el nuevo hallazgo en el Batallón 14 demuestra que hay que seguir buscando hasta encontrar a todas las personas desaparecidas.
Desde la organización esperan poder identificar estos restos y señalan una vez… pic.twitter.com/OzGOnT91Gy
— MVD Noticias (@MVDNoticias) August 1, 2024
Los restos humanos en cuestión serán sometidos a análisis exhaustivos en el Laboratorio de Genética Forense en Córdoba, Argentina. Este laboratorio, parte del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), cuenta con una dilatada trayectoria en la identificación de restos de personas desaparecidas.
A través de un meticuloso proceso que incluye la limpieza, secado y pulverización de las muestras, se busca extraer ADN genómico que permita establecer la identidad de los fallecidos. Desde su fundación en 1984, el EAAF ha sido un referente en la colaboración intergubernamental para esclarecer el destino de miles de desaparecidos en la región.
Las muestras de los restos encontrados serán comparadas con una amplia base de datos que incluye perfiles genéticos de más de 11,000 familiares de desaparecidos de países como Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile. Este cotejo es esencial, dado que muchas de las víctimas fueron trasladadas entre naciones en un contexto de represión y clandestinidad durante las dictaduras militares.
La reciente intervención en el Batallón 14 fue iniciada tras el hallazgo de restos por un trabajador municipal que operaba una retroexcavadora. El intendente de Canelones, Marcelo Metediera, expresó a la prensa sus sentimientos encontrados: “se toma con alegría y con bronca” ante el descubrimiento, que a pesar de ser un paso hacia la verdad, resalta la falta de información y la historia dolorosa que persiste.
El Batallón 14 ha sido objeto de múltiples excavaciones en el pasado, y hasta el momento se han recuperado cuatro cuerpos de los 197 desaparecidos oficialmente reconocidos por el Estado uruguayo durante la dictadura.
A medida que se continúan los esfuerzos por localizar y recuperar restos, se plantea la inquietud sobre la necesidad de un manejo más efectivo del sitio, ya que ha sido identificado como un posible “cementerio clandestino”.
Aunque no se han documentado evidencias que sugieran que el batallón funcionara como centro de tortura, se sospecha que las víctimas fueron trasladadas allí después de ser asesinadas en otro lugar.
Ricardo Perciballe, fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, sostiene que el Batallón 14 es un objetivo clave en la búsqueda de verdad y justicia, señalando que, a pesar de los hallazgos, persiste la posibilidad de que más cuerpos permanezcan enterrados en la zona.
Por su parte, Ignacio Errandonea, miembro de la agrupación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, argumentó que los recientes descubrimientos refutan la hipótesis de una supuesta “Operación Zanahoria”, que presuntamente habría involucrado el desplazamiento y cremación de cuerpos.
Los acontecimientos en el Batallón 14 resaltan la necesidad de un compromiso político y social para afrontar la herencia dolorosa de las dictaduras en América Latina. La búsqueda de justicia y la verdad son tareas fundamentales que deben ser apoyadas por la sociedad civil y el Estado, asegurando que los derechos humanos no sean olvidados y que la memoria histórica se conserve para las generaciones futuras.
Es un llamado a no olvidar a quienes sufrieron la violencia del oscuro pasado de la dictadura uruguaya y a seguir buscando respuestas en un contexto de profunda connivencia y desinformación. La comunidad espera que, con cada hallazgo, se avance un paso más hacia la reparación y la reconciliación en un país marcado por la herida de la represión.
