Airbus se quedó en 2024 a las puertas de cumplir con su objetivo de entrega de aviones. El consorcio aeronáutico europea se había fijado la meta de despachar 770 aparatos aunque finalmente se quedó en 766, según los datos que ha publicado.
La compañía se ha quedado así en puertas de un objetivo que ya había tenido que revisar a la baja en julio debido a que las tensiones en la cadena de suministros persisten en el sector aeroespacial y están provocando cuellos de botella en la entrega de materiales que impiden a los fabricantes acelerar la producción de aviones.
De hecho, la cifra de 2024, aunque superior a la de 2023 -735- queda todavía muy lejos del récord alcanzado en 2019 de 860 debido a estos problemas con los suministros que el sector aeronáutico da por hecho persistirán durante este ejercicio.
A pesar de ello, el responsable ejecutivo de los aviones comerciales de Airbus, Christian Scherer, consideró ayer en una comparecencia en línea para la prensa que "2024 fue un éxito" porque, aunque la cifra de entregas se quedó ligeramente por debajo de la meta, hay que observar "la trayectoria" de los últimos años con una progresión que entre otras cosas prueba que su empresa es la que tira del sector, según dijo.
Por eso se mostró "optimista" de cara a 2025 y, aunque los objetivos para este año se comunicarán cuando se anuncien los resultados financieros en febrero, afirmó que es realista mantener el programa para seguir aumentando la cadencia de producción para, en particular, llegar a producir 75 aviones al mes de la familia A320 de pasillo único en el horizonte de 2027.
Del total de las entregas de Airbus el pasado ejercicio, 602 correspondieron a aviones de su familia estrella de pasillo único A320, frente a las 571 el ejercicio precedente. Entre ellos estuvo la primera unidad del A321XLR, un aparato derivado del A321 destinado a cambiar las reglas del juego de los viajes de largo radio. Con una capacidad media de 206 a 220 pasajeros en configuración estándar, posee una autonomía de hasta 4.700 millas náuticas (8.700 kilómetros), lo que permitirá a las aerolíneas inaugurar o reforzar rutas de largo recorrido al hacer rentables vuelos con menor demanda de la que necesitan aviones más grandes de doble pasillo como los A330 o los A350. Iberia fue la primera aerolínea en recibir un A321XLR.
El fabricante también aumentó hasta 75 el número de entregas de aeronaves más pequeñas de la familia A220, frente a 68 en 2023, mientras que no progresó en el caso de los aviones grandes de doble pasillo. Así, despachó 32 aviones de la familia A330, los mismos que el año anterior, y 57 de la familia A350, frente a 64 en 2023.
En paralelo a los aparatos entregados, Airbus logró en los últimos doce meses contratos para 878 aeronaves, con lo que su cartera de pedidos asciende a 8.658, un centenar más que el año anterior.
La cifra anual de encargos está muy lejos del récord que había conseguido en 2023 con 2.094 netas.
Al ritmo actual de producción, y teniendo en cuenta la cartera que tiene, la aerolínea que adquiera ahora un avión de Airbus en principio no va a recibirlo antes de una decena de años, lo que denota los importantes cuellos de botella que soporta el sector.