El estado de California se está viendo asolado por hasta cinco incendios que se encuentran concentrados en el condado de Los Ángeles. Cerca de 130.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, mientras que las llamas ya han arrasado con más de 1.000 estructuras, dejando muertos y decenas de heridos, según reporta la agencia de noticias EFE. El paso de las llamadas también ha provocado importantes cortes en el suministro de luz y agua, llevando al presidente saliente, Joe Biden, y al gobernador de California, Gavin Newson, a declarar el estado de emergencia en la zona con el fin de facilitar el acceso a la ayuda federal.
El Pentágono ha confirmado que enviará hasta diez helicópteros de la Marina y cuatro sistemas modulares, que se sumarán al despliegue de equipos aéreos y terrestres anunciado el pasado miércoles por Biden. Desde el gobierno estadounidense buscan reforzar a un cuerpo de bomberos que ha reconocido verse sobrepasado ante "uno de los desastres naturales más destructivos en la historia de Los Ángeles", como lo ha calificado la jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Kristian Crowley. Tanto los ciudadanos como las autoridades están tratando de analizar qué factores han llevado a convertir a la sede de la industria cinematográfica en un verdadero infierno. La alcaldesa de la ciudad, Karen Bass, ha apuntado durante una rueda de prensa a los vientos de "naturaleza histórica", y la sequía que sufre California.
Karen Bass ha hecho referencia a los bautizados como vientos de Santa Ana. Este fenómeno atmosférico tiende a ocurrir durante los meses más fríos, y se caracteriza por generar ráfagas de viento que pueden alcanzar velocidades de entre 95 y 130 kilómetros por hora, e incluso subir hasta los 160 kilómetros por hora durante los peores temporales. De acuerdo con la 'NBC' se comienzan a formar en las zonas de altas presiones del oeste interior de Estados Unidos, descendiendo por la cordillera de Sierra Nevada, desde donde van perdiendo humedad a la vez que aumenta su velocidad.
Los vientos de Santa Ana han estado azotando a Los Ángeles en las últimas horas, formando una tormenta perfecta al entrar en contacto con un ambiente árido. En cuanto al papel que han jugado en los devastadores incendios, el meteorólogo Simon King señala a la BBC que no solo han contribuido a eliminar la humedad de la vegetación, y, por tanto, favorecer las condiciones para el inicio del fuego, sino que también han llevado a su rápida propagación entre la vegetación.
