Medios marroquíes recogen el malestar de ciudadanos por los retrasos que se producen en sus puestos fronterizos cuando van a pasar a Melilla desce ese país. "La situación empeora cada día, ya que los viajeros sufren largas colas que se extienden durante horas, tanto para conductores como para peatones. Esta escena, que se ha vuelto recurrente, ha provocado una protesta generalizada. Ola de descontento entre los transeúntes, que califican la situación de sufrimiento, un problema real que dificulta su vida diaria y afecta a sus intereses personales, familiares y profesionales.", subrayan.
Fuentes melillenses consultadas por LA RAZÓN atribuyen la situación creada al gran número de marroquíes residentes en la ciudad autónoma que han pasado estos días a su país, poco antes de que comenzara el curso y a los trámites aduaneros que deben cumplir ante sus autoridades al regresar.
El paso entre Maruecos y Melilla es "una arteria vital para el transporte y se ha convertido recientemente en un punto de tensión debido a la lentitud de los trámites de seguridad y aduaneros. Un grupo de ciudadanos expresaron a Nador City su descontento con la situación; subrayan que la organización actual es insuficiente para dar cabida al creciente número de llegadas, especialmente durante las horas punta, los días festivos oficiales y los fines de semana. , lo que duplica la gravedad de la crisis y aumenta la presión psicológica y física sobre los transeúntes, especialmente entre los niños, los ancianos, las mujeres y las personas que padecen diversas enfermedades crónicas".
Todo esto ocurre, recuerdan la fuentes melillenses, en el marco de lo que el presidente de la ciudad utónoma, Juan José Imbroda, ha calificado de política para asfixiar económicamente a Melilla y ante la perspectica de unos acuerdos para la apertura de la aduana comercial que convertirían a la plaza española en una marroquí en la práctica, por la desigualdad de condiciones para las mercancías de uno y otro país, con claro favorecimiento de los intereses de Rabat.
