El mercado laboral cerró 2024 con unos datos positivos, con 501.952 afiliados más y cerrando el año por encima de los 21,3 millones de ocupados, mientras que el desempleo se redujo en 146.738 personas, hasta los 2,56 millones, la menor cifra en 17 años, desde diciembre de 2007.
Pero el avance de la ocupación en el ejercicio recién finalizado –que en junio alcanzó su máximo histórico con 21,39 millones de afiliados– está ligeramente por debajo de la de 2023, cuando se crearon 539.740 empleos. En el paro, el descenso sí supera el del año pasado, cuando se redujo en 130.197 personas.
Sin embargo, no es todo oro lo que reluce. La tendencia marcó una fuerte ralentización en el último trimestre y la reforma laboral esconde una temporalidad encubierta y una contratación que sigue siendo precaria.
Durante el último año se firmaron 15.420.104 acuerdos laborales, lo que supone 24.101 menos que en igual periodo del año anterior y la cifra más baja desde 2013. Del total de contratos, 6.481.992 fueron indefinidos, lo que supone un descenso de 138.991, y el resto, 8.938.112, fueron temporales, 114.890 más.
Pero los contratos laborales representaron en diciembre el 63% de los registrados frente al 37% de contratos indefinidos, que aunque aumentaron un 5,42% respecto a diciembre de 2023, la temporalidad sigue siendo predominante en la contratación.
Por tanto, los datos evidencian que la contratación indefinida ha frenado su avance al producirse los mayores incrementos en los contratos que no alcanzan ni una jornada completa de trabajo, con un aumento del 6,38% en los contratos a tiempo parcial y del 10,36% en los fijos discontinuos, lo que muestra que tenemos un mercado laboral muy afectado por la estacionalidad.
La duración media de los contratos apenas aumentó solo en un día con respecto a 2023, hasta los 48 días, pero esta cifra es nueve días inferior a la de 2021. La contratación indefinida se está resintiendo y ya ha bajado de los valores en los que se situó en 2022. Tras la reforma laboral, ya está por debajo del 45% del total de contratos.
Asimismo, dos de cada cinco contratos temporales tuvieron una duración inferior a una semana y casi seis de cada diez duraron menos de un mes.
De los contratos realizados, sólo el 17,4% fueron indefinidos a tiempo completo y la mayoría se concentraron en modalidades de tiempo parcial o fijos discontinuos. En este sentido, el sindicato USO alerta del incremento de los fijos discontinuos hasta situarse en torno a 100.000 contratos por encima del año anterior. Esto supone un incremento interanual de casi el 160% respecto a 2023 y un 30% en comparación con 2021.
Especialmente preocupantes son las bajas en la afiliación a la Seguridad Social de trabajadores indefinidos que no superan el periodo de prueba, que se han multiplicado por casi ocho en los tres últimos años.
Según los datos del estudio del mercado de trabajo de USO, las bajas totales causadas por no superar el periodo de prueba han aumentado desde septiembre de 2021 –antes de la aprobación de la reforma laboral– casi un 70%.
Pero esta es solo la tercera causa de baja en el Régimen General, seguida de las que se producen por el paso a la inactividad de los trabajadores fijos discontinuos y de las dimisiones o bajas voluntarias. Con datos de la Seguridad Social, las bajas de los fijos discontinuos se han multiplicado por casi ocho en los tres últimos años, en tanto que las dimisiones se han incrementado un 53%.
El número total de bajas alcanza un 12% más que hace tres años, de las que las correspondientes a aquellos que tenían un contrato indefinido suponen el 46% del total.
Atendiendo a los datos del SEPE, el número de demandantes de empleo fijos discontinuos ha crecido un 16% respecto a hace un año, y son un 30% más que hace tres años.
Por ejemplo, en el mes de octubre, se formalizaron 1,5 millones de contratos laborales, un 9% más que en el mismo mes de 2023, de los que algo menos de la mitad (45%) fueron indefinidos y solo el 17,4%, fijos a tiempo completo.
Para USO, estos datos muestran que el incremento de la ocupación no está llevando consigo un incremento del empleo, sino que «se están repartiendo entre más personas las horas de trabajo» y que «prácticamente da lo mismo tener un contrato indefinido que uno eventual a la hora de causar baja».
Una visión completamente distinta tiene el Ministerio de Seguridad Social, que expresa que las cifras de fijos discontinuos «son positivas».
Así lo cree su secretario de Estado, Borja Suárez, que mantiene que la figura del fijo discontinuo está «ya asentada» puesto que, de media, se registraron en torno a 920.000 fijos discontinuos, mientras que en 2023 fueron 889.000.
En esta línea, resalta que esta situación «viene de la mano» de una caída continuada de la contratación temporal, con prácticamente 68.000 trabajadores con contrato temporal menos en un año, aunque se firmaron 8,9 millones de contratos, casi 2,5 millones más que contratos indefinidos a lo largo de 2024.
Sin embargo, «la falta de claridad» en estas estadísticas oficiales urge un cambio de las metodologías empleadas para contabilizar tanto el paro como la ocupación real. «Es fundamental que los datos de empleo reflejen la verdadera situación del mercado laboral para poder desarrollar políticas efectivas que reduzcan el desempleo y la precariedad», denuncia el sindicato USO.
Por ejemplo, las estadísticas no reflejan que el 45% del total de contratos fijos discontinuos realizados se hicieron a jóvenes menores de 30 años. Según un informe de Wolters Kluwer, en el grupo de los más jóvenes –los menores de 20 años–, el porcentaje de estos contratos ha pasado del 1% al 9% entre 2022 y 2024.
A medida que sube la edad de los trabajadores, este tipo de contrato disminuye de forma progresiva, de forma que solo el 9% de los contratos fijos discontinuos se hicieron a trabajadores de más de 45 años, siendo «residual» desde los 60 años.
Solo uno de cada tres reanudan la actividad en el mismo puesto de trabajo una vez finalizado el periodo de desempleo. El estudio pone de manifiesto que cada año se repite el mismo patrón, de forma que los meses de abril, mayo y junio son los que concentran el mayor número de nuevas altas de fijos discontinuos (el 36%).
La hostelería es el sector con mayor número de contratos fijos discontinuos, ya que concentra el 43% del total realizados este año. Tras la hostelería, se sitúan las actividades administrativas y de servicios auxiliares (11%); la agricultura, ganadería y pesca (9%) y; el comercio (8%). Tres comunidades autónomas acaparan más de la mitad (el 53,9%) de este tipo de contratos: Baleares, con el 21,1%; Andalucía, con el 17,3%, y Cataluña, con el 15,5%. Les siguen la Comunidad Valenciana (10,2%) y Madrid (9,4%), mientras que el resto muestran cifras menos significativas.
Mención especial hay que hacer sobre la alta tasa de desempleo de larga duración, pues casi la mitad de los parados registrados llevan más de un año buscando empleo, y un 30% supera los dos años en esta situación. Las mujeres se ven particularmente afectadas por el paro de larga duración, ya que una de cada dos mujeres en paro lleva más de un año inscrita en los servicios de empleo, duplicando casi la tasa de los hombres en la misma situación.
Para los sindicatos, este volumen de parados de larga duración debería hacer replantearse a los Servicios Públicos de Empleo (SEPE) la intermediación laboral que realizan y cómo poner los medios para ser más eficientes en la búsqueda y consecución de un puesto de trabajo. Una situación que el Ministerio de Trabajo no ha abordado todavía y prefiere actuar con la Inspección a través de campañas contra la contratación temporal y de fijos discontinuos en fraude.
