La Fundación Universitaria San Pablo CEU ha reconocido ex æquo a Álex Rosal y Etsuro Sotoo con el prestigioso premio CEU Ángel Herrera en la categoría «Difusión de la cultura católica». Este galardón, que llega a su XXVIII edición, distingue a personas o entidades que destacan por la defensa de los principios y valores cristianos en su ámbito profesional.
La Fundación Universitaria San Pablo CEU celebra con este reconocimiento su compromiso con la mejora de la sociedad y la promoción del bien común. Los Premios CEU Ángel Herrera incluyen diversas categorías, como ética y valores, solidaridad, cooperación al desarrollo, emprendimiento social e innovación educativa, entre otras.
Álex Rosal, periodista y fundador de numerosos proyectos de comunicación católica, ha sido reconocido por su labor en la difusión de la fe a través de medios impresos y digitales. Ha ocupado cargos destacados, como director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española y delegado episcopal de Medios de Comunicación Social en Madrid.
Actualmente dirige el portal «Religión en Libertad», el medio de información religiosa más leído de España. Además, es presidente del Grupo Libres y de la Fundación Nueva Evangelización para el Siglo XXI, desde donde promueve iniciativas dedicadas a la difusión de la fe católica. Rosal también ha dejado su huella como editor de libros, creando colecciones como Planeta+Testimonio y fundando sellos editoriales como LibrosLibres y Voz de Papel.
En sus palabras de agradecimiento, Rosal destacó: «Todo lo bueno que haya podido hacer en esta vida se lo debo al buen Dios, que con su gracia me sostiene todos los días, regalándome sus dones y carismas para poder hacer esa labor como comunicador. Hoy más que nunca entiendo eso de que ‘todo es gracia’».
A lo largo de su carrera, Rosal ha ocupado diferentes cargos como el de director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española y delegado episcopal de Medios de Comunicación Social del Arzobispado de Madrid.
El premiado expresó su «alegría» y gratitud por el reconocimiento. «Para mí, es un motivo de orgullo y satisfacción, por su prestigio. Y, sobre todo, también de agradecimiento a Dios por lo que supone, porque, al final, todo lo que yo hago se debe a los dones y carismas recibidos del Señor. Yo no me puedo vanagloriar, porque simplemente tengo que dar el “sí”. Viendo mi fragilidad, mi pecado y mi pobreza me doy cuenta de que el Señor con su gracia es quien hace las buenas obras», dijo a la revista «Ecclesia».
Pero Rosal no fue el único agraciado. También fue premiado en esta categoría el escultor japonés Etsuro Sotoo, conocido por su trabajo en la Basílica de la Sagrada Familia, donde lleva más de 44 años. Sotoo comenzó su trayectoria en este emblemático templo de Antonio Gaudí como picapedrero, una experiencia que marcó su vida, llevándole a convertirse al catolicismo en 1991.
«Antes de mi conversión sentía que, cuando iba a trabajar, entraba en casa ajena. Después de convertirme, sentía que mi lugar de trabajo se había convertido en mi casa», ha declarado Sotoo. Desde entonces, ha realizado unas 500 esculturas en el templo, incluyendo los pináculos coronados con frutas, que representan la idea de que «el alma debe dar fruto».
El jurado ha destacado su capacidad para interpretar y plasmar la fe católica en su obra escultórica, un proceso que el propio Sotoo describe como una búsqueda espiritual.