El Real Madrid de Ancelotti debuta en Copa esta tarde ante el Deportiva Minera, con un equipo lleno de nombres jóvenes y no conocidos. Se supone que es un duelo menor para un equipo que después disputará la Supercopa, pero esta tarde hay dos nombres que brillan más que los demos: Lorenzo Aguado y Diego Aguado. Dos canteranos, ninguna relación de sangre, salvo la consanguinidad de La Fábrica.
Lorenzo Aguado, veterano de la cantera a sus 22 años, parece llevar en Valdebebas toda la vida y más o menos es así. Llegó del Illescas cuando aún no alcanzaba los ocho años y desde entonces ha transitado todas las estaciones de la formación madridista: del Benjamín B al Castilla, con una cesión intermedia al Navalcarnero que le dejó cinco goles en 14 partidos. Hoy es ya lateral derecho con sabiduría, incluso tercer central cuando la ocasión lo exige, es un modelo de la casa. Un futbolista práctico, de esos que entienden el valor del esfuerzo silencioso.
En el lado opuesto de la balanza, Diego Aguado, apenas 17 años y aún en el Juvenil A de Álvaro Arbeloa, da sus primeros pasos con la naturalidad del que parece no saber que le están observando. Zurdo, elegante en la salida, con esa calma de central que no solo despeja, sino que construye. Ancelotti lo ha subido al primer equipo por necesidad, pero también por convicción. Ya le había echado el ojo y esta noche será titular. Su escaso recorrido con el Castilla, apenas dos convocatorias y 17 minutos frente al Mérida. Será su primera gran noche.
Por eso el partido puede ser menor para otros futbolistas, pero va a ser inolvidable para los dos canteranos que comparten apellido. Uno con más cicatrices, el otro apenas estrenándose en la aventura del fútbol profesional. Uno sueña con consolidarse en la rotación del primer equipo; el otro, curiosamente, siempre ha querido ser bombero. Al fin y al cabo, ambos apagan fuegos: uno cubriendo espacios en el lateral, el otro anticipándose en el corte.
En Murcia se verán dos caminos que llegan al mismo tiempo a su gran oportunidad y a su gran esperanza. Quizá la Deportiva Minera quede en el olvido. Quizá el foco regrese pronto a los grandes nombres. Pero hoy, en ese once titular plagado de canteranos, dos Aguado buscarán demostrar, a los chicos que les ven todos los días en Valdebebas, que sí se puede llegar.
