El ataque de Nueva Orleans, ¿es la prueba de que el terror del Estado Islámico está muy presente?
Efectivamente. Durante la administración Obama, el Estado Islámico conquistó una importante parte del territorio de Irak y Siria, sin embargo, la organización perdió casi todo lo conquistado durante el mandato de Trump y, desde entonces, no ha sido capaz de recuperarlo. No obstante, no hay duda de que el grupo islamista se ha globalizado y ha desarrollado la capacidad necesaria para llevar a cabo operación en todo el mundo, incluido África Occidental y el Sáhara. Al mismo tiempo, el Estado Islámico, al igual que otros grupos similares, resulta atractivo para yihadistas que no dudan en realizar actos terroristas en nombre de la organización islamista. El caso del atropello masivo en Nueva Orleans encaja con este perfil de lobo solitario.
¿Considera que las guerras en Gaza y los bombardeos en Líbano pueden haber motivado al autor de la masacre?
Al igual que el Estado Islámico, Hamás y Hezbolá son organizaciones terroristas islámicas. En la medida en que tengan éxito, parecerán más poderosas y, por lo tanto, más gente se sentirá atraída por ellos. Por el contrario, cuando son neutralizadas –como están haciendo las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza– entonces menos personas se sienten atraídas por ellas porque se demuestra que son el caballo débil, no el caballo fuerte.
¿Por qué son tan difíciles de prevenir estos ataques masivos?
Dos razones. En primer lugar porque hay muchos posibles objetivos, como puede ser cualquier lugar donde haya grandes reuniones de cristianos, judíos u otros no musulmanes. En segundo lugar porque los medios para perpetrar ataques masivos, como automóviles y camiones, están fácilmente disponibles. Las sociedades modernas no podrían funcionar si estuvieran restringidas tan severamente como algunas naciones limitan las armas de fuego.
¿Cuál es el objetivo de este tipo de ataques en suelo occidental?
Los yihadistas aspiran a la destrucción de la civilización occidental. Sirvan como ejemplo los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. Estaban dirigidos principalmente a personas de la extrema izquierda del espectro político israelí, también a israelíes que asistían a un festival de música por la paz y personas que habían elegido vivir en los kibutz adyacentes a Gaza, para hacer amistad con los gazatíes, llevarlos a hospitales y darles trabajo.