La Guardia Civil de Huesca ha recuperado el cadáver del alpinista catalán Gerard Olivé, que trató de ascender al Pico Aneto. Una familiar del fallecido informó de que había dejado su vehículo estacionado en el parking de Senarta (Benasque) con intención de subir al pico Aneto, no habiendo regresado a su domicilio. Fue activado un dispositivo de búsqueda en el participaron, efectivos del GREIM de Benasque y la Unidad Aérea de Huesca.
A las 13,30 horas del día de hoy, en el valle de Salenques (Montanuy), "ha sido localizada a una persona con signos no compatibles con la vida, el cual habría sufrido una caída vertical desde la parte alta de la cresta Salenques. Era un varón de 41 años y vecino de la provincia de Tarragona", explicó la Guardia Civil.
El fallecido fue evacuado y trasladado en la aeronave hasta la helisuperficie de Benasque, donde lo esperaban los servicios funerarios, para ser llevado al Instituto de Medicina de la localidad de Zaragoza.
"Con el corazón roto, compartimos que Gerard nos dejó inesperadamente mientras hacía una de las cosas que más amaba: disfrutar de las montañas. Agradecemos a todos los que lo conocen y aman por su cariño y apoyo. Gerard siempre estará con nosotros en cada cumbre, cada paisaje y cada recuerdo. Te queremos", han confirmado a través de su cuenta de Instagram.
Las condolencias en la propia cuenta de Instagram no han tardado, siendo cientos las personas que han mostrado su estupor por la desaparición de Gerard Olivé, que tenía 41 años de edad en el momento de su fallecimiento. Fue visto por última vez en la zona del Refugio de Coronas, poco antes de empezar la ascensión al Aneto el día de Nochevieja, según ha informado en redes sociales el Ayuntamiento tarraconense de Tivissa, localidad de la que era natal.
Olivé era un montañero experto y con gran experiencia en vivacs, entre los que destaca el que llevó a cabo colgado en una hamaca en la Cresta de Salenques, además de otros en diferentes cimas pirenaicas. Como se definía en la red social Instagram, Gerard Olivé se consideraba un "amante del vivac extremo".
Su padre, Ramon Olivé, aseguraba en el Diari de Tarragona, poco antes antes de recibir la trágica noticia, que «Gerard se marchó el día 30 y tenía prevista la vuelta el día 2 de enero». Sin embargo, la llamada del 31 por la tarde fue el último contacto con él. Y al desconocer su paradero el día 2, se denunció su desaparición.
