El European Combat Vessel (ECV) es un ambicioso proyecto de la Unión Europea que busca desarrollar un nuevo tipo de buque de guerra, más versátil y potente que los actuales, capaz de responder a las crecientes amenazas y desafíos del siglo XXI. La idea es crear un buque de combate principal europeo que pueda ser utilizado por varias armadas europeas, lo que permitiría optimizar recursos y fortalecer la cooperación en materia de defensa.
Fue el pasado mes de noviembre cuando los ministros de Defensa aprobaron el informe de la Revisión Anual Coordinada de Defensa (CARD, por sus siglas en inglés) de 2024, el «Estado de la Unión» de la UE en materia de defensa. La revisión identifica oportunidades de colaboración viables para que los Estados miembros desarrollen conjuntamente capacidades militares críticas. Por primera vez, la adopción del informe se combina con la firma de cartas de intención por parte de los Estados miembros en cuatro áreas: defensa aérea y antimisiles integrada; guerra electrónica; municiones de merodeo; y el mencionado buque de combate de superficie.
En el caso del buque de combate europeo (ECV), al menos siete Estados miembros, entre ellos España, declararon su intención de desarrollar la próxima generación de buques utilizando un enfoque de sistemas a casco. Tienen previsto armonizar los requisitos, elaborar un modelo de negocio y prepararse para la adquisición conjunta de aquí a 2040.
Según la propia EDA, "el European Combat Vessel (ECV) es el nombre común de un buque de combate de superficie modular y polivalente. Al tratarse de una gran península rodeada casi en su totalidad por mar y con más del 80% de su comercio dependiente del transporte marítimo, Europa necesita capacidades sólidas para proteger sus aguas, al tiempo que es capaz de responder a los conflictos en el exterior".
A diferencia de los buques actuales, el ECV debería poder abordar las amenazas multidimensionales de mediados del siglo XXI, integrando nuevas capacidades para defenderse de submarinos, ciberataques y sistemas no tripulados. Con un debut operativo previsto para la década de 2040, el ECV será un buque naval tripulado, aunque su diseño aún debe acordarse.
"Se trataría de una plataforma cuyo tamaño estaría a medio camino entre una fragata y un destructor", dice Elvira Bermudez, Oficial de Proyecto de Combate Naval e Interdicción Marítima. "Los países de todo el mundo tienen planes para desarrollar las fragatas de próxima generación, pero es difícil planificar y desarrollar para los desafíos que se enfrentarán en el futuro. Y hace 20 años, no imaginamos lo que estamos viendo ahora. Si nos fijamos en contextos como el que tenemos en el Mar Rojo, si aplicamos las lecciones identificadas de Ucrania a un contexto marítimo, necesitamos innovación en el diseño naval".
El ECV diferirá significativamente de los buques tradicionales, priorizando un diseño modular para que la nueva clase de buque pueda satisfacer diversas necesidades operativas, desde la protección de infraestructuras críticas hasta la lucha contra las amenazas submarinas avanzadas, y para entornos operativos específicos, ya sea en el Mediterráneo, el Mar del Norte o el Báltico.
El ECV también es probable que se base en proyectos de defensa de la UE existentes, incluidas las iniciativas PESCO, para su diseño. Asimismo, representa un alejamiento de los buques más pequeños y con un ámbito regional, como la Corbeta Europea de Patrulla que se está desarrollando también en el ámbito europeo y cuya tarea principal será la defensa litoral. En cambio, el ECV podría, por ejemplo, garantizar la seguridad de las líneas de comunicación marítima y proyectar poder a nivel mundial.
"Para nosotros, el ECV es más que un barco: es la forma en que avanzamos juntos en la preparación para la guerra naval europea en el futuro -dice Bermudez-. Eso refleja el compromiso de la UE con la autonomía y la resiliencia".
Según explicaba al medio digital defensenews.com Jürgen Scraback, quien dirige la unidad de dominio marítimo en la Agencia Europea de Defensa (EDA en sus siglas en inglés), se estima que los países de la UE necesitarán al menos 30 buques de combate en el futuro, aunque dijo que no cree que todos ellos se construyan dentro del programa ECV. Scraback cree que el presupuesto del programa pueda superar los 20.000 millones de euros a precios de 2024.
“Esta nueva generación de buques será completamente diferente a los que tenemos ahora, porque el escenario de la guerra naval está cambiando mucho”, afirmó el español Fernando Miguélez García, representante de Navantia en la UE y presidente del European Naval Industry Group (ENIG) dentro de la Asociación Europea de la Industria Aeroespacial, de Seguridad y de Defensa. Los cambios de diseño probablemente implicarían tener una capacidad tipo nave nodriza para transportar drones al combate, agregó.
El futuro buque deberá ser un buque compacto capaz de contrarrestar “un espectro completo de amenazas”, incluidas las nuevas, desde pequeños vehículos aéreos no tripulados hasta misiles antibuque hipersónicos, dijo Ignacio Cuartero, director de la Dirección de Conceptos y Capacidades del Estado Mayor Militar de la UE dentro del Servicio Europeo de Acción Exterior.
El ECV tiene como objetivo principal ofrecer a las armadas europeas un buque de combate de última generación que combine las siguientes capacidades:
Aunque la lista de países participantes puede variar a medida que avanza el proyecto, se sabe que de momento son siete los países europeos firmantes del protocolo del ECV, entre ellos España, a través de Navantia, Italia, Bélgica, Países Bajos o Portugal.
Las características exactas del ECV aún están en desarrollo, pero se espera que el buque tenga las siguientes características principales:
En este momento, el proyecto ECV se encuentra en una fase inicial. Se están llevando a cabo estudios de viabilidad y se están realizando negociaciones entre los países interesados. Es probable que pasen varios años antes de que se tome una decisión final sobre el diseño y la construcción del buque. Se estima que los primeros buques podrían entrar en servicio a partir de 2040.
¿Por qué es importante el ECV?
A pesar de sus prometedores objetivos, el proyecto ECV también enfrenta desafíos:
Oportunidades: