Un agente de la Jefatura Superior de Policía de Aragón evitó la pasada nochevieja que la lista de octogenarios víctimas de robos con violencia aumentara gracias a su intervención fuera de servicio. Paseaba por una calle de Zaragoza cuando le llamó la atención el comportamiento de un joven, el cual seguía de cerca los pasos de una persona de avanzada edad con clara intención de abordarle para sustraerle sus pertenencias.
En ese instante y sin perder de vista al posible victimario, se aseguró de que el mismo era un joven del que se había difundido internamente el interés en detenerlo, precisamente por estar involucrado en una investigación en la que las víctimas eran todas ellas mujeres de avanzada edad.
El agente puso en conocimiento de la sala CIMACC-091 la situación y solicitó colaboración para detener al presunto autor de al menos, una veintena de robos. Hasta el lugar se desplazó una patrulla de seguridad ciudadana y en unión del agente fuera de servicio, arrestaron al individuo.
Se había difundido días antes una orden interna en la que interesaba la detención del varón, de treinta años de edad, al que se le imputaban más de una veintena de hechos delictivos que tenían un nexo común: las víctimas eran todas ellas personas de avanzada edad, en muchos casos con problemas de movilidad que eran abordadas en el acceso a sus portales e incluso en el ascensor de sus propias fincas y mediante violencia les sustraían sus pertenencias.
En la entrada y registro de su domicilio, los agentes hallaron la documentación de diferentes víctimas así como pruebas que podrían incriminar al presunto autor. No se descarta la imputación de más hechos delictivos en otras zonas de la ciudad, como un robo con violencia cometido contra una víctima de 84 años que sufrió una brutal agresión y le fue sustraído el bolso.