Investigadores en China han identificado un potencial tratamiento para un neoplasma cerebral invasivo y no canceroso, conocido por provocar complicaciones como la diabetes, en un medicamento de bajo costo comúnmente utilizado para la hipertensión: el besilato de amlodipino. Utilizando modelos animales que replican el comportamiento del craneofaringioma humano—una formación rara y de crecimiento lento que afecta al hipotálamo y a la hipófisis—el equipo exploró tanto el desarrollo de esta patología como las alternativas terapéuticas viables. Los resultados de este estudio innovador fueron publicados el mes pasado en la prestigiosa revista Science Translational Medicine, lo que abre nuevas perspectivas en el tratamiento de esta compleja afección.
"Este estudio abre nuevas puertas en el desarrollo de terapias oncológicas", afirmó Wu Qingfeng, investigador principal. Según Wu, la investigación no solo sienta las bases para abordar el origen celular y las mutaciones genéticas, sino que también establece un camino para la creación de modelos animales más precisos. Además, destaca la importancia del cribado de compuestos de alto rendimiento para descubrir tratamientos prometedores y la utilización de la indagación translacional inversa, una estrategia clave para desentrañar los complejos mecanismos de crecimiento de estas neoplasias.
Los pacientes diagnosticados con craneofaringioma pueden experimentar una variedad de síntomas, que incluyen obesidad mórbida, diabetes, alteraciones visuales y deficiencias en la secreción hormonal, ya sea como resultado del crecimiento del neoplasma o de las terapias aplicadas. Aunque la extirpación quirúrgica es el tratamiento predominante para esta afección cerebral, puede acarrear complicaciones y recaídas, lo que representa un desafío no solo para los neurocirujanos, sino también para los endocrinólogos.
Basándose en investigaciones previas de Wu sobre el craneofaringioma papilar, un subtipo que se presenta en adultos, el equipo desarrolló dos modelos experimentales que replican la patología, las manifestaciones clínicas y las características moleculares del craneofaringioma humano, según lo informado por el instituto.
“Este representa el primer modelo animal de craneofaringioma papilar a nivel mundial”, declaró Wu, quien agregó que esta herramienta puede ser utilizada para análisis de la enfermedad a través de cultivos celulares, facilitando la evaluación de nuevos medicamentos y la seguridad de compuestos candidatos en modelos vivos.
Tras un exhaustivo cribado de más de 3.000 compuestos, los expertos identificaron 74 con efectos antitumorales. Finalmente, seleccionaron el besilato de amlodipino, un bloqueador de canales de calcio que se emplea comúnmente para tratar la hipertensión y el dolor torácico asociado a enfermedades cardiacas. Wu explicó que la elección se fundamentó en su objetivo de acción bien definido, baja toxicidad, coste accesible y la evidencia de efectos terapéuticos observados en modelos biológicos.
A través de sus modelos, descubrieron que los transitorios de calcio—elevaciones breves en los niveles de calcio intracelular—junto con la regulación de neuronas neuroendocrinas, desempeñan un papel crucial en la progresión del craneofaringioma. Además, se encontró que las células tumorales “secuestran” neuronas endocrinas en el hipotálamo para promover su crecimiento, según lo indicado por Wu.
La capacidad del besilato de amlodipino para inducir regresión tumoral en los modelos experimentales se atribuye a su habilidad para inhibir las vías de señalización del calcio en las células tumorales, así como a la modulación de la transmisión química entre neuronas y la lesión. “Los resultados aportan nuevas perspectivas sobre la biología tumoral y sugieren posibles avenidas para el desarrollo de terapias innovadoras”, comentó Brandon Berry, editor asociado de la revista, en una nota sobre el estudio.
Sin embargo, la verificación clínica del compuesto sigue siendo necesaria, incluyendo la evaluación de efectos secundarios potenciales como cefaleas y palpitaciones. El documento también advierte que los modelos murinos podrían no reflejar completamente todos los casos clínicos del tumor.
Dado que el compuesto ha sido previamente evaluado en humanos y se utiliza en la práctica clínica, el equipo puede avanzar hacia ensayos clínicos con menos obstáculos. Los cientificos planean llevar a cabo estudios clínicos a pequeña escala bajo marcos de otros iniciados por investigadores para evaluar la eficacia y la dosificación en el tratamiento del tumor en humanos. “A través de una colaboración estrecha con neurocirujanos, neurólogos, endocrinólogos y oncólogos, buscamos facilitar la traducción clínica de este fármaco para satisfacer las necesidades de los pacientes”, concluyó Wu.
El mecanismo mediante el cual el craneofaringioma interactúa con las neuronas hipotalámicas podría ofrecer a los científicos una comprensión más profunda de otros tipos de tumores cerebrales, subrayando que la investigación de este equipo podría desafiar paradigmas tradicionales sobre los objetivos a explorar en el desarrollo farmacéutico.