El salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, fue liberado este lunes en Cuba, donde cumplió una condena de 30 años de prisión por ejecutar atentados terroristas contra instalaciones turísticas de la isla, informaron medios oficiales.
Cruz León fue condenado en 1999 a pena de muerte por el delito de "terrorismo continuado", sanción que fue conmutada por el Tribunal Supremo de Cuba en 2010 por la de 30 años de cárcel.
Fue arrestado el 4 de septiembre de 1997 y confesó haber cometido seis atentados con explosivos contra hoteles y centros turísticos en la capital cubana, en uno de los cuales murió un turista italiano.
Cruz León fue acusado de la colocación de artefactos explosivos entre julio y septiembre de ese año en los hoteles Nacional, Capri, Copacabana, Tritón, Chateau-Miramar y el conocido restaurante La Bodeguita del Medio, todos en La Habana.
Otro salvadoreño acusado de haber perpetrado los atentados, Otto René Rodríguez Llerena, fue igualmente condenado a muerte y su pena fue también conmutada por 30 años de prisión.
Rodríguez Llerena confesó haber cometido un atentado con bomba contra el lujoso hotel Meliá-Cohiba de La Habana en agosto de 1997 y de haber intentado introducir dos potentes bombas en Cuba en junio de 1998.
Los juicios a los dos salvadoreños fueron una oportunidad para que las autoridades cubanas sentaran en el banquillo a los exiliados radicales anticastristas de Miami (Florida).
El entonces presidente Fidel Castro acusó al gobierno de Estados Unidos de ser responsable "por acción, por omisión o por incitación".
El gobierno cubano responsabilizó entonces de esos hechos a grupos financiados por la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), una organización anticastrista con sede en Miami, y al "terrorista" de origen cubano Luis Posada Carriles (1928-2018).
Posada Carriles, ex colaborador del servicio de espionaje norteamericano (CIA), reconoció en declaraciones al periódico The New York Times que él había organizado los atentados con financiación de la FNCA.