El tiempo se agota y las campanadas de fin de año de este 2024 pueden ser las más sonadas en los 125 años del Barça. Los nervios se apoderan del club blaugrana que tiene hasta las 23:59 horas para lograr inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor.
El juzgado de Primera Instancia desestimaba ayer las medidas cautelares que pidió el Fútbol Club Barcelona con el fin de inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor. La resolución va en la misma dirección que la que adoptó el pasado viernes el juzgado de lo Mercantil. Un nuevo juez ha desestimado las medidas por lo que el Barcelona no podrá utilizar la vía judicial para inscribir a sus jugadores. Al club azulgrana le quedan ahora dos opciones para sacar adelante la inscripción de ambos futbolistas: la venta de los palcos VIP por un precio muy inferior al real o que miembros de la directiva avalen la inscripción.
Cualquier escenario supone un descalabro económico para la entidad que preside Joan Laporta.
Si la inscripción del centrocampista no se llevase a efecto el jugador podría echar mano de la cláusula incluida en su contrato en el pasado mes de agosto que le permite quedar libre si el club no lograba inscribirle y fichar por cualquier equipo. La decisión depende única y exclusivamente de Dani Olmo, que también podría optar por quedarse hasta que el Barça encuentre una solución.
En ambos casos supondría no solo un bochorno para la directiva de Laporta sino un duro revés económico. Si Olmo sale no dejaría un duro en la caja después que el Barcelona invirtiera 55 millones de euros en su fichaje y, si decide quedarse, el club debería pagarle su contrato aunque no pisara el césped.
El futbolista tiene contrato hasta el 30 de junio de 2030 y su sueldo no es precisamente bajo. Según Salary Sport, el centrocampista cobraba en el Leipzig unos 5 millones netos y cuenta con un patrimonio neto de 27.552.366 de euros, una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta que tiene 26 años.
En el Barca su sueldo actual, según Fichajes.com es de 9,37 millones al año, lo que supone un sueldo mensual de 781.000 euros, 182.000 a la semana y 26.000 al día. Una cifra que el club deberá asumir.
Pero si cuela la venta de los asientos vips la pérdida también es considerable. La venta de asientos VIP prácticamente por la mitad de lo previsto, por 100 millones y por 20 años es sin duda un pésimo acuerdo para el Barça que hipoteca su futuro con una operación que de momento le hace perder 100 millones y, lo que es peor, le impide ganar nada durante dos décadas por este concepto.
El tiempo apremia y Laporta podrá salvar la imagen del club pero el agujero económico lastrará a una entidad cuya ruina será aún mayor.