Cada vez falta menos para que llegue el esperado momento en el que el reloj marque las doce de la noche, y de comienzo una tradición que siguen desde hace años millones de españoles cada 31 de diciembre: tomar las 12 uvas que despiden el año y dan la bienvenida al siguiente. Son muchas las personas que han intentado explicar el origen de esta tradición, y son dos las teorías que más popularidad han ido teniendo con el paso de los años.
Para comprender la primera de ellas debemos remontarnos a comienzos del pasado siglo. Esta teoría afirma que la tradición de comer 12 uvas el día de Nochevieja comenzó en el año 1909 en Alicante. Fue un año en el que se recogió una muy buena cosecha de uva, por lo que el excedente de producto llevó a los comerciantes a impulsar una campaña en Navidad, para popularizar el consumo de unos paquetes con 12 uvas en el último día del año. Rápidamente comenzó a extenderse una tradición que aseguraban que traía buena suerte de cara al año que estaba a punto de comenzar.
Si bien es cierto que esta teoría es quizás, la que más ha conseguido extender esta tradición de comer las 12 uvas en Nochevieja, no es la más antigua de todas. Para entender la explicación segunda de las teorías, hay que echar unos cuantos años atrás en el tiempo. Son muchos los que afirman que fue en Madrid donde comenzó esta tradición de las uvas, y para entenderlo debemos remontarnos a finales del siglo XIX. Esta teoría explica que protestantes madrileños se reunían en la Plaza de Sol de Madrid para satirizar una tradición que en aquella época tenían los poderosos aristócratas.
Y es que, la clase alta de la época acostumbraba a celebrar lujosas fiestas privadas en las que nunca faltaban las uvas y el champán. Es por ello por lo que los protestantes madrileños decidieron empezar a reunirse en esta mítica plaza de la capital para comer las 12 uvas al son de las campanadas del 31 de diciembre. Un gesto que comenzaron a realizar en forma de burla y que pronto comenzó a popularizarse y extenderse hasta terminar convirtiéndose en una tradición. En esta época también se hicieron muy populares las descritas en los periódicos como “uvas bienhechoras”, aquellas que cada fin de año comían los más privilegiados de la sociedad acompañadas por champán.
Son muchos los que piensan que cumplir con la tradición de comerse las 12 uvas de Nochevieja cada 31 de diciembre, traerá consigo suerte de cara al año que está a punto de comenzar. Cada uva representa un deseo para uno de los meses del año venidero, por lo que es importante comerse las 12 uvas. Y es crucial hacerlo al tiempo que suenan las doce campanadas, ya que para muchos esto traerá consigo buena suerte y prosperidad en el nuevo año. Además, la uva es un fruto que históricamente ha estado siempre asociado a la fortuna y a la positividad; lo que, sumado al hecho de que se tratara de una fruta barata, pudo ser determinante a la hora de escoger a la uva como protagonista de esta antigua tradición española.
Nunca sabremos con certeza si esta tradición trae suerte o no, lo que si sabemos es que se cada vez son más los que cumplen con ella cada Nochevieja. A pesar de que esta tradición de las uvas comenzó en España, ha conseguido popularizarse ya en Portugal y diferentes países latinoamericanos. Millones de personas alrededor del mundo siguen reuniéndose cada 31 de diciembre a medianoche para comerse sus doce uvas al son de las campanadas de fin de año.