El absentismo se ha convertido en un problema para las empresas españolas y causa directa de la bajada de la productividad y de la tasa de actividad económica. Además de liderar el ranking europeo de desempleo lo hacemos también -junto a Francia- como líderes de las ausencias al trabajo -sean justificadas o no-, casi el doble que la media de la Unión Europea. Más paro, un absentismo que casi duplica el europeo y una productividad penalizada, un cóctel explosivo que alienta el rechazo de la patronal CEOE a la jornada laboral a 37,5 horas, cuya aprobación puede empeorar aún más esta situación. En 2023, el coste directo del absentismo laboral para las empresas superó los 12.245 millones de euros, casi un 20% más que en el año anterior. La previsión del presente ejercicio es que aumente de nuevo por encima del 20%, para superar los 14.700 millones.
Las cifras son evidentes y clarificadoras. La tasa de absentismo se situó en el tercer trimestre del año en el 6,3% de las horas pactadas, tres décimas por encima del 6% registrado en el mismo periodo de 2023. Esto supone que 1,38 millones de personas no acudieron a su puesto de trabajo cada día, de las cuales 1,09 millones se encontraban de baja médica, lo que significa que 293.000 personas se ausentaron cada día de su puesto de trabajo sin justificación médica a lo largo del tercer trimestre de este año, un 21% del total de personas que no fueron a trabajar. En el caso del absentismo por incapacidad temporal, este registró una tasa del 5%, tres décimas más que hace un año.
Son datos del informe de Randstad con datos de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales, que advierte de que la tendencia en los últimos trimestres "es creciente debido al incremento del absentismo por incapacidad temporal (IT) y motivado por el aumento de las bajas médicas", siendo la industria la que concentra un mayor tasa de ausencia en el puesto de trabajo, con el 6,9% del total de las horas pactadas, seguido del sector servicios, con una tasa del 6,3%, y de la construcción, con un 5,3%.
Sin embargo, las actividades que presentan un mayor absentismo son actividades de juegos de azar (11,1%), los servicios a edificios y jardinería (10,9%), actividades postales y de correo (10,6%) y la asistencia en establecimientos residenciales (10%). Por el contrario, las de menor porcentaje son las relacionadas con el empleo (2,5%), las actividades jurídicas y de contabilidad (2,9%), las actividades inmobiliarias (3%) y la edición (3,3%). En el último año, servicios de información (-1,1%) y actividades inmobiliaria (-1%) han sido las actividades donde más se ha reducido el absentismo; mientras que recogida y tratamiento de aguas residuales (+2,6%) ha sido donde más se ha incrementado.
Unas cifras que se agrandan con datos oficiales del Ministerio de Seguridad Social. En apenas cinco años, el número de bajas se ha disparado un 54%, con mayor incidencia de las de larga duración y un aumento exponencial de las causadas por enfermedades mentales. Solo en 2023 hubo tres millones más de bajas por incapacidad temporal que cinco años antes y escalaron hasta los 8,3 millones, casi el doble de las que hubo en 2020, en plena pandemia. Para hacer frente a este incremento, el sistema de prevención desembolsó más de 14.200 millones de euros, una cifra que ya se ha superado este año y que cerrará en torno a un 20% encima del año pasado y con un nuevo récord histórico.
Por ello, la Seguridad Social se ha visto obligada a cubrir este incremento con una partida adicional de 3.900 millones al haber gastado en nueve meses el presupuesto previsto para este año. La consecuencia directa es que el coste se ha disparado un 80% en los últimos cinco años y triplicado en la última década, y ya es la segunda partida presupuestaria del sistema tras las pensiones, con el agravante de que son los jóvenes los que más bajas se cogen, duplicando a las de los mayores de 55 años.
Canarias ha sido la que ha registrado un mayor absentismo, con un total del 8,1% de las horas pactadas, seguido de País Vasco (7,6%), Galicia (7,6%) y Murcia (7,2%). Los menores niveles de absentismo se dieron en Comunidad de Madrid (5,4%), Baleares (5,8%), Andalucía (6%) y Castilla-La Mancha (6,1%).