Buena parte del pelotón internacional pasa los meses de noviembre, diciembre e incluso principios de enero en el Mediterráneo español. Cualquier ciclista aficionado que salga a rodar por las provincias de Alicante, Valencia, Castellón o Girona se puede encontrar sin demasiadas dificultades con equipos completos que van haciendo entrenamientos de pretemporada.
Y eso le ocurrió a un chaval de 17 años que se encontraba subiendo al Coll de Rates, uno de esos puertos de paso accesibles para cualquier ciclista y en el que muchos grandes del pelotón hacen tests para calibrar sensaciones y estado de forma, contando con que aún están fuera de período competitivo. El joven belga Quinten Muys, que corre en el equipo de cantera del Lotto-Dstny de su país, estaba subiendo el puerto cuando se cruzó con el UAE de Pogacar.
En un principio no vieron venir al campeón esloveno, pero después se encontraron con la señal, tal como explicó él mismo a Sporza: "Vimos que había alguien parado con un cronómetro, y sabíamos que pasaría algo". De pronto, la alarma definitiva: "A unos 2,5 kilómetro de la cima oímos el claxon de un coche que nos pedía que nos apartásemos. Entonces, Pogacar pasó volando delante de nosotros". Tanto Muys como sus dos compañeros salieron detrás del astro esloveno.
"Pude mantenerme a rueda de Pogacar durante unos dos kilómetros. En la última curva tuve que soltarle en el tramo empinado", explicó Muys, que también contó la reacción posterior de los directores del UAE. "Me dieron una palmadita en la espalda después". De hecho, Muys se sorprendió por ser capaz de aguantar el ritmo de Pogacar durante tanto tiempo. "Fue una experiencia inolvidable, realmente genial".